Cartago, mayo 2025. – El Centro Salesiano Santo Domingo Savio celebró con alegría profunda y mucha cercanía fraterna el Triduo y la Solemnidad de su querido patrono, Santo Domingo Savio. Durante los primeros días, la comunidad vivió momentos intensos de oración, reflexión y encuentro, guiados por la palabra y el testimonio de diversos sacerdotes.
El Triduo comenzó con las Eucaristías presididas por el padre Enrique Obando, quien compartió su homilía centrada en la relación tan especial entre Domingo Savio y Don Bosco. Recordó la frase que el joven dirigió a su maestro: “Yo seré la tela y usted será el sastre; haga de mí un hermoso traje para el Señor”, destacando la entrega sencilla y total de su vida a Dios. Domingo no solo fue un muchacho alegre, fue consuelo para quien lo necesitaba, guía para sus amigos y ejemplo vivo del amor de Dios entre los jóvenes. Después de la misa se compartió un momento ameno en comunidad con un mini bingo que reunió a muchas familias en un ambiente festivo.
El domingo 4 de mayo, el padre Enrique animó a todos a dejar atrás el pecado y mirar con esperanza hacia el cielo, como lo soñaba Don Bosco. Al finalizar la misa, impartió una bendición especial a las mujeres embarazadas. El segundo día, tras la misa, grandes y chicos disfrutaron de una alegre noche bailable con música de distintas épocas. Fue una noche para sonreír, cantar, moverse con libertad y compartir en familia la alegría de ser comunidad.
En vísperas de la solemnidad, la eucaristía fue presidida por el padre Ricardo Chinchilla, quien repasó con cariño la vida de Santo Domingo desde su Primera Comunión hasta su encuentro con Don Bosco. Mostró al joven Savio como un defensor de los más pequeños, con una valentía nacida de la fe y un corazón lleno de caridad. La jornada cerró con una emotiva obra de teatro protagonizada por los Aspirantes Salesianos, quienes representaron con esmero y dedicación pasajes de la vida de este joven santo que, aun siendo niño, dejó una huella profunda.
El día esperado por todos llegó con la solemnidad. La eucaristía fue presidida por el Padre Jean Paul Bethancourt, pastoralista del Centro Don Bosco de San Isidro del General, acompañado por el padre Héctor Hernández, director del centro, junto con los padres Ricardo Chinchilla y Ángel Roncero. En su homilía, el padre Jean Paul se dirigió con especial cariño a los monaguillos y sus familias. Compartió tres puntos centrales: el amor profundo de Domingo a Dios expresado en su lema “antes morir que pecar”; su forma de santificar lo cotidiano —los estudios, la amistad, la relación con sus padres—; y su alegría, constante incluso en medio de su frágil salud. Invitó a todos a vestirnos de servicio, a ofrecer nuestro tiempo y a vivir con un corazón dispuesto a la santidad. Cerró dejando dos preguntas que invitan a mirar hacia adentro: ¿Qué estás haciendo con tu sufrimiento: quejándote o santificándote? y ¿Qué tal si hoy sí nos tomamos en serio la santidad?
La fiesta concluyó con un ágape familiar y juegos de mesa en los que participaron monaguillos del Centro y de parroquias cercanas, padres de familia y miembros de los grupos que, con alegría y constancia, acompañaron cada jornada del Triduo.
El Centro Salesiano Santo Domingo Savio se dedica día a día a acompañar a los jóvenes y sus familias, promoviendo su crecimiento integral con alegría y fe. Siempre al servicio de la comunidad, fiel al legado de Don Bosco, trabaja con cercanía y compromiso, construyendo un ambiente de apoyo y solidaridad.
