Todo comenzó 162 años atrás. Bueno, para ser más exacto, unos años antes de la fundación de este pequeñito grupo de jóvenes quienes, entusiasmados por su educador, Don Bosco, se empeñaron en dar vida a una ‘Sociedad’, la “Sociedad de San Francisco de Sales”, conocidos hoy como los salesianos de Don Bosco.
Pero años antes don Bosco llegó al prado ‘Pinardi’, y al cobertizo Pinardi. Alquiló estos dos trocitos de terreno y ahí comenzó el primer Oratorio Salesiano. Ahí comenzó esta preciosa obra, desde lo más humilde y sencillo, siguiendo el ejemplo de vida del Señor que nació en un establo, en la mayor de las pobrezas y con el amparo, tan sólo, de los brazos amorosos de su Madre, María de Nazaret y de José.
Hace unos días hemos dado vida a un bonito ‘sueño’, que es mucho más que la remodelación de paredes y de lugares. El sueño de hacer de la Casa del primer oratorio salesiano en Valdocco, del primer lugar donde fueron acogidos aquellos huérfanos que llamaron a la puerta de la cocina de Mamá Margarita, de la Casa Pinardi donde nació la Congregación, un espacio que habla del carisma salesiano. Un lugar lleno de carisma y de vida. Una casa donde vivieron cientos de jóvenes y decenas de salesianos al lado de Don Bosco, creando toda una familia que se convirtió en escuela de santidad. Un espacio, un lugar, un patio y una casa donde todos son invitados a venir, a conocer, a curiosear, a sentir, a dejarse interpretar, porque ‘en Valdocco todo habla’.
Esta casa, que ahora se ofrece a todo el mundo para ser visitada y conocida, acogió a cientos de jóvenes; y la vida en ella les cambió la propia vida. Hizo de ellos ‘honrados ciudadanos y buenos cristianos’.
Esta casa que ahora se ofrece a todo el mundo vio nacer, como la pequeña semilla de la que se habla en el Evangelio, el árbol frondoso, verde y sano que hoy es la Familia de Don Bosco extendida por todo el mundo.
Esta casa, que ahora se ofrece a todo el mundo, fue testigo de cómo un joven sacerdote lleno de pasión evangelizadora y educativa entusiasmó a un grupo de muchachos para continuar su sueño. Estos muchachos fueron los primeros salesianos, y dieron continuidad a la Congregación, y sucedieron a Don Bosco, e hicieron realidad su sueño misionero en La Patagonia, y después en gran parte de América y hoy en 134 naciones.
Por esta casa y en este patio (que también fue huerto de Mamá Margarita), había vida y alegría, y también dificultades y hambre; pero se vivía deseando ser santos. En estos metros cuadrados de construcción hoy son 13 los venerables, beatos y santos que crecieron y dejaron que el Espíritu sembrara en ellos la semilla de ‘la santidad vivida en Valdocco’. Nuestro Amado Don Bosco fue un maestro en el arte de proponer hermosos ideales a sus muchachos.
Esta casa y este patio fue necesitando iglesias más grandes porque los muchachos llegaron a ser 500 y no cabían en las iglesitas más pequeñas. Ni en la pequeñísima capilla Pinardi, ni en la Iglesia de San Francisco de Sales donde Don Bosco, Mamá Margarita, Domingo Savio, Miguel Rúa, Felipe Rinaldi, Luis Variara, Leonardo Murialdo y otros muchos recorrieron un camino de santidad. Al final de este camino, la sombra de la hermosa Basílica de María Auxiliadora, con la protección de la Madre del Cielo cubría todo Valdocco.
Esta casa que hoy presentamos a todo el mundo para que sea visitada, conocida, es y será muy significativa para todos. Para los turistas que no conocen nada del mundo salesiano, porque verán (quizá sin entender mucho) que algo grande surgió aquí a partir de la nada.
Para las personas que conocen el carisma, lo aman, lo sienten en el corazón, porque tocarán con la propia mano, la mirada y el corazón cómo Dios ha hecho algo hermoso para los jóvenes del mundo a partir de estos muros, hoy bien preparados, como patrimonio universal salvado y cuidado para el futuro, donde el carisma salesiano ha nacido, ha madurado y se ha extendido.
Desde esta casa, estas iglesias y este patio Don Bosco seguirá llegando a todo el mundo. Desde todo el mundo vendrá a Valdocco para encontrarse con el Señor que ha hecho cosas grandes con la Madre Auxiliadora, porque Ella lo ha hecho y lo sigue haciendo todo; y con Don Bosco y Mamá Margarita, tantos otros, porque el espíritu de Valdocco sigue muy vivo.
Ofrecemos mucho más que paredes hermosas.
Ofrecemos mucho más que un museo.
Ofrecemos mucho más que obras de arte.
Ofrecemos mucho más que recuerdos históricos.
Pretendemos ofrecer encuentros de amistad, visitas que sean gratas, y experiencias de vida y de corazón que calen hondo en quien busca.
Desde Valdocco hasta el mundo entero.
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