- Por Florencia Afflitto y Maite Alvarez /
- 1946
Somos dos voluntarias médicas argentinas que llegamos hace unos meses a Petén, Guatemala para sumarnos al proyecto de pastoral de salud de la Parroquia San Benito de Palermo y así ponernos al servicio de la comunidad.
- Por Giuseppe Liano /
- 1791
Las historias de los misioneros me han fascinado siempre. Su capacidad de donarse enteramente, de llevar la fe como regalo a tantos y el amor ardiente que en ellos vemos, son para mí un modelo de nuestra consagración a Dios.
Por eso, desde que entré en la Congregación, me he preguntado por qué no puedo ser como ellos. Y cada vez que me lo preguntaba, sentía cómo en el corazón se me encendía aún más la llama del deseo por donarme como ellos a las misiones.
Después de algunas experiencias misioneras en Guatemala, presenté esta duda a mi director espiritual, a mi confesor y sobre todo a los misioneros que un día tuvieron la misma inquietud y hoy son quienes llevan adelante el carisma en nuestra inspectoría. Y en todo esto rezaba delante del sagrario o con el rosario en mano, pidiendo al Señor la claridad en su llamada, el valor para responderle y el amor para hacerlo vida.
La respuesta que más me impresionó fue la del padre Checchi. Él, sonriente como siempre, me dijo: “Hermanito, si ya dejaste tu vida en las manos de Dios, gózate sus sueños. Déjate guiar, déjate llevar a los muchachos que Él ha pensado para ti y ama su voz, ama eso que ha soñado para tu vida. Te aseguro que serás feliz confiándote solo a Él.”
Motivado por el deseo de servir al Señor, me puse a disposición del encargado y en el 2015 fui enviado a Albania y Kosovo. Allí me encontré con una realidad totalmente inesperada. Acostumbrado a pensar en las misiones con iglesias llenas de creyentes, no imaginaba llegar a un pueblo totalmente musulmán, a compartir la alegría de ser misionero con dos hermanos y 18 católicos.
La primera dificultad fue la de renunciar a la idea que tenía de las misiones y entender eso que el Señor me estaba regalando. Agregado a la dificultad del idioma y mi ignorancia del islamismo, me encontré frente a un hermoso reto que solo mis hermanos y los muchachos me ayudaron a entender y llevar a cabo. Y cuánto gozo encontré en dejarme sorprender por la presencia de Dios en los muchachos. Sus preguntas, nuestras discusiones, la manera en que nos dispusimos a dialogar, a escucharnos unos a otros, son hoy la alegría de mi corazón, mi gracias a Dios por la vocación misionera. Pienso que así será siempre, que el regalo de ser misionero serán los jóvenes y nuestros hermanos.
Creo que ser misionero es parte de nuestro ADN salesiano. Del salir a las calles a encontrar a los muchachos. Al salir del propio país por amor a Dios, nuestra vocación se enriquece tanto y se vive en plenitud cuando hacemos del sueño de Dios nuestro sueño, de sus jóvenes nuestros muchachos, de su llamada nuestra vida.
- Por Heriberto Herrera /
- 1771
Por lo general, los domingos celebro misa en las aldeas. Hoy me tocó por casualidad celebrar en la ciudad de San Pedro Carchá, Guatemala.
- Por Heriberto Herrera /
- 1839
Cuatro días de lluvia continua. A ratos torrencial, o si no, lluvia mansa. El frío húmedo es desagradable.
- Por Giuseppe Liano /
- 1896
Cuando papá cumplió 25 años como exalumno salesiano, me pidió que lo acompañara a la misa del 31 de enero en el colegio.
- Por Heriberto Herrara /
- 2117
Sorpresa en la aldea. Antes de misa me informa un dirigente que hay cinco niños que están aprendiendo a tocar marimba. – Son aquellos de camisa blanca, me dice, señalándolos. Están sentados muy seriecitos cerca de los avezados marimbistas que animan, con las jóvenes cantoras, la parte musical de la celebración eucarística. El dirigente me explica que debo bendecirlos.
- Por Giuseppe Liano /
- 1889
Gjilan 11/09/2016.- Ha pasado más de una semana desde que vivimos la canonización de la Madre Teresa y aún no termino de recoger cuántas bendiciones, cuántas experiencias y cuántas alegrías compartimos como iglesia. Más que un “evento”, fue un verdadero encuentro espiritual en el corazón de cada uno.
- Por Administrator /
- 1921
El 23 de febrero pasado fui al Colegio Suizo Americano de la ciudad de Guatemala para recoger una donación de víveres para nuestro proyecto alimenticio de niños de Flores, Petén.
- Por Giusseppe Liano /
- 1859
Han pasado ya varios días desde que llegué a “mi tierra prometida”. Ha sido una experiencia única, con una mezcla de sentimientos, oraciones y dificultades. Pero nada que me tome por sorpresa: sabía que enlistarme en una expedición misionera significaba comprometerme en una vida que no sería fácil.
Luego del envío misionero en Turín, los superiores me pidieron permanecer en Italia un tiempo corto que sirviera para afianzar el italiano y conocer la realidad de la inspectoría a la que pertenezco. Tuve la oportunidad de conocer no solo algunas casas, sino a varios hermanos y jóvenes empeñados en la pastoral juvenil.
- Por Heriberto Herrera /
- 2422
Primera vez que visito esta comunidad más bien cercana. Dejo el pick up estacionado y tomo por una vereda entre cafetales y milpas altas. Me acompañan tres muchachos que me esperaban en el desvío.
La comunidad es pequeña: unas cuarenta familias. La ermita se asienta sobre una suave colina desde la que se domina un paisaje maravilloso: tierras bajas y onduladas alfombradas de milpas que amarillean.
- Por BSCAM /
- 2306
Giampiero de Nardi, misionero salesiano en Guatemala, nos ofrece el relato de la situación de las actividades en la obra de San Benito Petén: “Nuestro pequeño oratorio festivo se encuentra en plena actividad: cursos de informática, danza, música y canto, español, inglés, matemáticas, artesanado… muchos juegos y sobre todo, el clima de familia propio de una casa salesiana”.
- Por Heriberto Herrera /
- 5227
En realidad, son tres centros Don Bosco. Son enjambres de jóvenes indígenas de la etnia qeqchí, en el departamento de Alta Verapaz, en Guatemala.