salesianos peten Giampiero de Nardi, misionero salesiano en Guatemala, nos ofrece el relato de la situación de las actividades en la obra de San Benito Petén: “Nuestro pequeño oratorio festivo se encuentra en plena actividad: cursos de informática, danza, música y canto, español, inglés, matemáticas, artesanado… muchos juegos y sobre todo, el clima de familia propio de una casa salesiana”.

En el oratorio se entrecruzan las historias de muchos niños y en medio de las dificultades, nos llegan también señales de esperanza. Nos cuenta  Giampiero: “Hay una chica huérfana que proviene de una familia conflictiva, su padre es muy violento. Nunca ha querido integrarse en el oratorio en años pasados, sin embargo hoy está participando en todas las actividades. De ningún modo deja que le tome fotografías, pero hoy he logrado tomarle una y se la mostré diciéndole: “mira qué bien has quedado”. Sus ojos se iluminaron y espontáneamente me abrazo, (nunca lo había hecho, no lo hace con nadie, nadie le ha enseñado lo que vale un abrazo). 

Aquí en Petén se vive la magia del espíritu de familia, de aquel clima de cariño que quería Don Bosco y que hace milagros…”

Además del oratorio de verano se dan también otras actividades que se llevan a cabo normalmente en la obra: la escolarización de niños que reciben ayuda a través de becas de estudios, la catequesis sacramental, las actividades caritativas y solidarias con los más pobres.

La obra carece de estructuras y de espacios adecuados, pero la comunidad salesiana y los laicos colaboradores hacen frente a la misión con celo y cariño. 

Para mejorar la oferta a los niños, siguen adelante los trabajos de construcción: la cocina del comedor de los niños de la colonia “La Paz”, mientras que en el centro juvenil, un muro externo y estamos trabajando en la realización de campos de baloncesto.

Compartir