Conociendo a DB Margarita Occhiena se ha decidido: mandará a su hijo al instituto público de Chieri, pequeña ciudad a quince kilómetros de Turín, con nueve mil habitantes; población dedicada sobre todo al textil y al comercio, con un seminario y algunos conventos de diversas órdenes religiosas, tanto que es definida como “ciudadela de Dios”.



Hay que encontrar dinero para la comida y el alojamiento, los libros y la matrícula escolar. Y ella lo encuentra, llegando incluso a pedir ayuda. La ayudan y la ayudarán también el párroco y algunas familias acomodadas de Castelnuovo.

“A principio de noviembre de 1831 Juan Bechis cargaba en su carro y llevaba a Chieri el baúl de pertenencias de Juan Bosco, junto a dos heminas (46 litros) de grano y media de maíz, como pago anticipado de parte de la pensión a Lucìa Pianta, que en Chieri alquilaba habitaciones para huéspedes.

A Chieri llegaban a pie también Margarita y Juan, que a lo largo del viaje habían vendido en el mercado de Castelnuovo un saquito de harina y uno de maíz para adquirir libros, papel y plumas para la escuela”.

El campesino de I Becchi ve por primera vez una ciudad. Y se acerca a Turín, la capital del Reino de Cerdeña, donde había muerto en abril el rey Carlos Félix y le había sucedido en el trono su detestado primo, Carlos Alberto, un gigante alto, de casi dos metros.

El Juan Bosco que llega a Chieri con dieciséis años es un muchacho maduro y responsable, ya habituado al trabajo, a la fatiga y al sacrificio. Todavía no se ha decidido a hacerse sacerdote, pero ciertamente que la vida familiar, los sermones escuchados y repetidos, los encuentros con sacerdotes, las oraciones y las misas, los libros leídos, la disposición de su corazón y también una cierta actitud innata para el mando lo empujan en esa dirección.

Mas ahora, ante todo debe estudiar seriamente, con método y constancia, sin más distracciones y a tiempo pleno. Para mantenerse y no sobrecargar las espaldas y los escasos haberes de la madre, está dispuesto a pagarse, al menos en parte, el alimento y alojamiento con su trabajo.

En Chieri, entre 1831 y 1835, permanecerá en cuatro lugares diversos. Del 1831 a 1833 está en casa de Lucía Pianta: completa lo que falta para el pago de la pensión con la ayuda económica en las tareas domésticas y con clases de repaso al hijo de la señora. Después, durante algún tiempo en el establo de un panadero, le cuida la yegua.

Se desplaza a vivir con el hermano de Lucía Pianta, propietario de una cafetería y pastelería, y allí sirve a los clientes, prepara dulces y bebidas, y hace la limpieza. Finalmente, en el curso escolar de 1834-1835 es acogido por el sastre Tomás Cumino al precio de 8 liras mensuales.

Doménico Agasso, Fragmento del libro “Don Bosco una historia actual”

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