amor Las relaciones sexuales fuera de un proyecto familia estable  no está exenta de problemas. La transición del adolescente a la edad adulta es compleja, el deseo de ser libres y los impulsos sexuales son muy fuertes, el autocontrol en esta situaciones  puede ser difícil.

En esta época confusa el joven puede creer tenerlo todo para entregarse  pero el resultado es recibir menos. Para amar se necesita de dos pero hace falta convertirse en un ser completo para poder entregarse de verdad al otro.

En este periodo de cambio, de auto aceptación puede surgir la dependencia del joven hacia esa persona que se ha entregado haciéndola sufrir, de allí derivan las obsesiones que en nada tienen que ver con amor sino con egoísmo.

Aunque el cuerpo del joven está preparado para una experiencia sexual, psicológicamente no lo está y para amar de verdad hay que entregarse por completo,  puede dar el cuerpo pero no se está donando su ser integral. Esto se agrava cuando las dos partes están en la misma situación, es decir, son inmaduros para donarse de verdad, que implica la búsqueda de la unión con la persona no solo por placer.

En la adolescencia es fácil confundir el deseo con el afecto interior y el amor auténtico. Esta época de cambios pone al joven muy sensible y receptivo confundiéndolo fácilmente. En la mayoría de los casos el joven cree que tiene amor verdadero cuando lo único que necesita es ser comprendido.

La probabilidad de equivocarse en esta etapa  dando rienda suelta a los deseos es muy alta y siempre terminará sufriendo por ello, no solo por un embarazo no deseado sino por enfermedades incurables, abortos y daño psicológico.

¿Crees que los jóvenes están concientes del valor que tiene esperar para iniciar su vida sexual?

 

 

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