“En esta fiesta de María Auxiliadora el próximo 24 de mayo, María Auxiliadora estará presente en los corazones de sus hijos e hijas de todo el mundo”.

Amigos y amigas lectores del Boletín Salesiano: reciban mi saludo afectuoso y cordial en este tiempo de Pascua. En un mundo convulsionado, agitado por los conflictos bélicos y no poca violencia seguimos declarando, anunciando, proclamando que Jesús es el Señor, Resucitado por el Padre y que VIVE. Y necesitamos fuertemente de su Presencia en corazones que estemos dispuesto a acogerlo.

Debo confesarles que cuando uno está en Valdocco, en el interior de la magnífica Basílica de María Auxiliadora, en este santo lugar donde todo habla de presencia de Dios, de protección materna de la Madre, y de Don Bosco, no he alcanzado a imaginarme cómo ha sido realidad ese anuncio de la Auxiliadora a Don Bosco diciendo que de aquí, de este templo Mariano saldría su gloria al mundo. Y así es.

En el servicio de estos diez años como Rector Mayor me he encontrado con cientos de presencias salesianas en el mundo donde la Madre estaba presente. En mi última visita a las presencias salesianas entre el pueblo Xavante cuando pude ‘tocar con mis propias manos’ la Providencia de Dios y el bien que se sigue haciendo, y que seguimos haciendo entre todos nosotros.

En un recorrido por varias aldeas y poblados del estado de Mato Grosso, incluyendo San Marcos, la Aldea de Fátima y Sangrandouro, pude presenciar el impacto de la labor misionera. Visitamos el lugar del primer asentamiento con el pueblo Xavante, que estuvo al borde de la extinción debido a la enfermedad. Gracias a la ayuda de misioneros y años de acompañamiento, la población Xavante ha crecido a más de 23.000 miembros, conservando su cultura de manera excepcional. Este es un testimonio de Providencia y del anuncio del Evangelio, en un camino conjunto hacia el futuro.

Tuve oportunidad de hablar ante autoridades civiles diversas. He agradecido todo lo que podemos hacer juntos colaborando por el bien de este pueblo y de otros. Y al mismo tiempo me he permitido recordar con sencillez pero con honestidad y legítimo orgullo que quien ha estado acompañando a estos pueblos durante 130 años, como ha hecho la Iglesia en este caso por medio de los hijos e hijas de Don Bosco, es digno de mirada respetuosa, y de escucha de su palabra.

Atravesando cientos de kilómetros por carretera me sentía contento de ver tantos carteles que anunciaban: “Territorio de Reserva Indígena”. Y sentía que esa era la mejor garantía de paz y prosperidad para este pueblo.

¿Y qué tiene que ver esto que estoy describiendo con María Auxiliadora? Pues sencillamente todo, puesto que es difícil imaginar un siglo de presencia salesiana (SDB y FMA) entre los indígenas Xavantes y que no se haya transmitido el Amor a la madre de nuestro Señor, y madre nuestra.

En San Marcos, al llegar, participamos en una procesión con el rezo del Santo Rosario. La Virgen, iluminada en la noche en medio de la selva, fue acompañada por personas de todas las edades, incluyendo madres con sus hijos en cestas a sus espaldas mientras dormían. Esta peregrinación reflejó la presencia materna y la bendición sobre sus hijos e hijas indígenas.

No puedo saber si Don Bosco ya soñó esta escena de la Virgen en medio del pueblo Xavante. Pero sin duda en su corazón estaba este deseo, con este pueblo y otros, ya fuese de la Patagonia, o del Amazonas, o en el rio Paraguay... Este sueño misionero se ha hecho realidad en el Amazonas durante los últimos 130 años.

En la fiesta de María Auxiliadora, el próximo 24 de mayo, María Auxiliadora estará presente en los corazones de sus hijos e hijas de todo el mundo, desde Taiwán hasta el Amazonas, desde India hasta Nairobi, y desde Valdocco hasta la pequeña aldea de San Marcos, que no es nada para el mundo pero es todo un mundo para este pueblo que ha conocido a la Auxiliadora.

Feliz fiesta de la Auxiliadora para todos, desde Valdocco, Turín al mundo.

Compartir