ANS Image España, Madrid, 18 de agosto 2011.- Esta mañana, en la parroquia de la Sagrada Familia, en el madrileño barrio de Manuel Becerra, el Cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga exponía su segunda catequesis en esta XXVI JMJ, en torno al tema “Edificados en Cristo”.

El obispo insistía en la necesidad de construir nuestra vida sobre el único cimiento sólido y que no pasa nunca, que es Cristo, frente a los bienes temporales pasajeros del éxito profesional o las riquezas materiales, que hacen que, ante la primera debilidad, nuestra fe se derrumbe.

 

En el coloquio posterior con los jóvenes, un salesiano salvadoreño le ha preguntado sobre el problema de la amenaza bajo la que viven muchos jóvenes cristianos en su país, por el problema de las bandas y el narcotráfico. Las primeras palabras del Cardenal han sido para los jóvenes salesianos: “Mándenles recuerdos de mi parte”. Y, a continuación, analizaba el problema de la violencia generada por las “Maras”, las bandas asociadas al narcotráfico, no solo en El Salvador, sino en varios países de Centroamérica.

 

El Cardenal Maradiaga ha denunciado el problema de la debilidad de la justicia en aquellos países, que empuja a la gente a tomarse la justicia por su mano y que hace que los jóvenes cristianos que quieren vivir su fe se encuentren atrapados entre dos muros de presión: por un lado, el de las bandas de las que quieren desligarse y por otro el de la justicia que “mide a todos los jóvenes por el mismo rasero”.

 

El mensaje del obispo hondureño para los jóvenes de Centroamérica ha sido claro: “Recuérdenles que los primeros tiempos de la Iglesia no fueron más fáciles”. Trayendo a la memoria la firmeza de los apóstoles ante las primeras persecuciones sufridas, les decía: “El testimonio habla sin palabras. Debéis tener el coraje de ser el mejor amigo, el mejor compañero. Sed o que sois, porque ese testimonio, antes o después, hablará por sí solo del triunfo del amor sobre la violencia”.

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