“Somos Familia. Cada hogar, escuela de Vida y de Amor”.Con motivo del inicio del Año Nuevo, y fieles a una tradición que viene del mismo Don Bosco, el Rector Mayor ofrece un Aguinaldo para el año que se inaugura. Se ofrece en primer lugar a las Hijas de María Auxiliadora, y con ellas a toda la familia salesiana del mundo.

ANSSaludo muy cordialmente a los lectores del Boletín Salesiano, a las puertas de este año nuevo.
Ciertamente, bien sé que el Hijo de Dios nace en todos los lugares del mundo, para toda la humanidad, pero quería subrayar que también fue así en Siberia, Mongolia y Myanmar, periferias del mundo que, como don del Señor, he podido visitar recientemente.

Rector mayor 11024pxSiento aún el corazón lleno de gozo por la simpatía de los jóvenes, por su alegría genuina y su extraordinaria capacidad para adaptarse a cualquier situación, agradable o desagradable, con la sonrisa en los labios.

Me he convencido una vez más de que nuestros jóvenes, los jóvenes del mundo, estos jóvenes, son verdaderamente sabios y apasionados y que tienen mucho que ofrecernos y enseñarnos.

Cada día se producen “milagros educativos”.Lo vengo diciendo en muchos lugares y ocasiones, querida Familia Salesiana, amigos y amigas de la Obra de Don Bosco, o sencillamente lectores que hoy encuentran esta revista. Vengo diciendo que cada día se producen “milagros educativos” que cambian para siempre la vida de algún muchacho o muchacha. Y lo digo porque yo mismo los he visto y el corazón se me llena de alegría y esperanza.

Este año fui a celebrar la Fiesta de Don Bosco, el 31 de enero en Sierra Leona. Quise estar allí con mis hermanos salesianos y con aquellos niños, niñas y jóvenes. Y pude estar una mañana entre los jóvenes prisioneros en la cárcel de la ciudad. Y aunque vi dolor, encontré también esperanza. Una esperanza que tiene también mucho que ver con la presencia cada día de salesianos y laicos voluntarios en aquel lugar.

rectormayor222 1Sueño con una familia salesiana que vive la alegría del evangelio

Llevo en el corazón, mi querida Familia Salesiana en el mundo, amigos y amigas, los sueños que creo pueden ser hermosos frutos del bicentenario del nacimiento de Don Bosco. Y uno de estos ‘sueños’, el cuarto, es el de una Familia Salesiana que viva la alegría del Evangelio, y que por lo mismo esté convencida de que debe ser evangelizadora y educadora en la fe, en todos los lugares del mundo.

Rector Mayor219 1Mi querida Familia Salesiana, amigos y amigas de Don Bosco, y personas todas que puedan tener en sus manos el Boletín Salesiano: reciban mi cordial y afectuoso saludo como Rector Mayor.

Hoy estoy iniciando mi saludo de editorial, casi como si de una carta familiar se tratara, porque siento muy vivamente que he contar y recordar lo que el año pasado hemos vivido.

tm1 verLos saludo desde Mornese (cuna de Sor María Domenica Mazzarello), en un día de profesión religiosa perpetua de tres Hijas de María Auxiliadora.

Y resulta que en este hermoso día de Familia Salesiana, hoy centrado en nuestras Hermanas, monumento viviente a María Auxiliadora, tal como lo quería Don Bosco, una joven hermana me entrega al final de la eucaristía un pequeño escrito, diciéndome que era su homenaje a Don Bosco en esta celebración del bicentenario de su nacimiento.

RM1En un tiempo en el que en tantas partes del mundo parecieran nublarse el horizonte y el futuro, podemos ser como aquella joven mujer que fue capaz de cambiar el mundo y que, una vez cómplice del Espíritu, ayudó a los discípulos para que ellos también lo fueran.

Rector-mayor1María es nuestra Madre porque al cuidar de nosotros nos enseña desde lo profundo de nuestra alma a cuidar de nosotros mismos y de los unos a los otros, a cuidar la vida, la creación, el crecimiento de nuestros hermanos y hermanas, de la vida de aquellos que están en mayor riesgo de perderla y perderse

El sueño que Don Bosco tuvo en Barcelona la noche del 9 al 10 de abril de 1886 y que luego narró con la voz rota por los sollozos es de verdad inolvidable. Lo es para la inmensa cantidad de jóvenes que, corriendo a su alrededor, le decían: «Te esperábamos, te hemos esperado por tanto tiempo, pero finalmente estás aquí: ¡Estás entre nosotros!» Lo es sobre todo para la figura de la Pastora que dice a Don Bosco: «¿Te acuerdas del sueño que tuviste a los nueve años?».