Un guía espiritual es alguien que vive una vida coherente, que ha trabajo en su persona y se ha mejorado para poder ser una guía para otros.

Debido a su experiencia puede orientar y aconsejar sobre cualquier tipo de problemas. Para los católicos la persona idónea es un sacerdote o bien una persona religiosa, puede ser una hermana o hermano consagrado.

No es fácil elegir al que será el guía de decisiones difíciles o quien conocerá todo sobre nuestra vida. El verdadero guía espiritual se vuelve nuestro mejor amigo, en quien confiamos nuestros miedos, incertidumbres y problemas, por ello debe tener toda nuestra confianza.

Por qué es necesario?

Así como nuestro cuerpo necesita medicinas cuando enfermamos, nuestra alma también necesita atención. El médico para el alma viene siendo ese guía pues hay problemas en la vida que no se resuelven rápido y necesitamos de un proceso acompañado por alguien que nos oriente mejor en la toma de decisiones.

Elegir un guía espiritual no es tan fácil, pero te damos algunos puntos que debes tener en cuenta:

1. Observa su vida. No puedes dar lo que no tienes. Alguien que vive su vida con coherencia y paz sabrá darte las herramientas que necesitas para vivir feliz.

2. Averigua: cuando alguien es muy bueno la fama se hace sola. Pregunta en tu comunidad, fíjate a quien acuden las personas a confesarse o buscar dirección, seguramente esa persona sea la indicada.

3. Saca conclusiones. Después de haber hablado con esta persona por primera vez analiza como te sentiste, si te hizo reflexionar.

4. Te aconseja no impone. El asesor o guía espiritual te orienta, nunca te presiona para que tomes decisiones.

¿Y tú ya tienes el tuyo?

Compartir