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Salesianos en Petén. Después de la experiencia misionera en San Benito Petén (Guatemala), vivida por un grupo de voluntarios salesianos españoles en el verano de 2014, acompañados por Emilio Labrada, salesiano coadjutor de la Casa Salesiana de Aranjuez (Madrid), se inició una estrecha colaboración entre las dos casas.

Esto ha dado lugar a un sentimiento misionero, generando otro grupo de Salesianos Cooperadores de Aranjuez, que quería repetir la experiencia del año anterior en este verano del Bicentenario del nacimiento de Don Bosco. El P. Giampiero De Nardi, misionero de San Benito Petén ha enviado a ANS la historia de la experiencia y sobre todo porque quisieron regresar.

Hay varias razones que nos llevaron a revivir la experiencia en San Benito Petén: la preocupación de hacer un voluntario con los jóvenes y conocer otras realidades; llevar un aporte económico que los chicos de nuestra obra han recogido a través de diversos proyectos Salesianos de Aranjuez; entender la vida como un servicio a los demás, más allá de las comunidades de origen; promover el Movimiento Juvenil Salesiano, llevando el carisma de Don Bosco más allá de las fronteras, con la voz de los jóvenes, tanto en San Benito como en Aranjuez.

A lo largo del mes de voluntariado realizamos diversas actividades tales como: grupos de formación, dinámicas con los grupos de acólitos y monaguillos, grupo Don Bosco y grupos de confirmación. Actividades de reflexión, formación y acompañamiento en la fe, apoyo a los animadores del oratorio en recuperación escolar, en las actividades de juego y en los momentos de reflexión; ayuda en los comedores de las capillas de los barrios que entretienen a los niños. Desarrollo de talleres de cocina española y productos naturales a las mujeres de la pastoral de promoción de la mujer. Oraciones, juegos, bailes, canciones y dinámicas con los niños y jóvenes de diferentes barrios; proyecto de asistencia en el hospital dos veces por semana, para las familias, los pacientes y los operadores sanitarios.

Estos días hemos tenido muchas experiencias que han dejado una huella indeleble en todos nosotros. Hicimos mucho trabajo pastoral acompañando a los sacerdotes de San Benito. Por lo tanto, la presencia de una comunidad salesiana, tal como existe hoy en día, es necesaria, ya que puede proporcionar el carisma de Don Bosco en una realidad en la que hay jóvenes y familias en situación de vulnerabilidad. La gran desigualdad social, la connotación fuertemente machista de la sociedad, los problemas de educación y salud pública, nos han hecho experimentar sentimientos muy fuertes en el ser voluntarios en este lugar. Hemos visto la humanidad de las personas, la generosidad de compartir su tiempo y sus pocas cosas para ayudar a otros. La gente ha mostrado afecto, comprensión, humildad y gratitud, grandes valores cristianos que te hacen recargar las baterías. Cada niño, joven y adulto tiene un corazón tiene que debe latir, jugar, reír, hablar... y hemos sido ese pequeño incentivo para estimular la esperanza y la vida.

Por último, no podemos olvidar la vida compartida con la comunidad salesiana de San Benito. Una comunidad que da su servicio apostólico a todo el pueblo, formando un gran equipo con un fuerte carisma salesiano, permitiendo a la gente de la parroquia el conocer la figura de Don Bosco. Nos dimos cuenta de que el motor de su vida es estar con y para los jóvenes, dedicando todo su tiempo al servicio, la atención y el apoyo de la gente y sobre todo a los más necesitados. Nosotros, que hemos compartido un mes con ellos, encontramos una comunidad abierta que acoge a los voluntarios y los hace partícipes, compartiendo todo, viviendo la vida en el Evangelio. Nos dimos cuenta de que el corazón de San Benito, que hace posible el sueño de Don Bosco está más vivo que nunca.

Estamos convencidos de que hay que seguir apostando por la misión salesiana de Petén, que refleja claramente lo que Don Bosco quiso crear en Valdocco, para nosotros fue como volver a los orígenes del oratorio, verdadera fuente del carisma salesiano. Una experiencia que marca un antes y un después en nuestras vidas, que nos hizo repensar la vida desde otra perspectiva, desde otro punto de vista, desde una vocación. Quien ha venido a Petén, no vuelve igual... esta obra te roba el corazón. La gente de esta parte del mundo te roba el corazón.

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