Marco Aurelio Centroamérica, enero 2014.-  El 4 de enero de 1991 hace 23 años fue asesinado en Angola, el sacerdote costarricense Marco Aurelio Fonseca junto al joven Marcelino Antonio Pagamento,

colaborador de la obra de Don Bosco en ese país.

Ambos fallecieron en una emboscada cuando regresaban de la ciudad de Kalulo hacia Duando y fueron acribillados por un grupo guerrillero que los confundió con tropas enemigas a pesar que el jeep en el que viajaban estaba debidamente identificado como Misión Católica.

Según describe el Padre Luis Pacheco, en su libro "Un Martir de Cristo en Angola", Fonseca tenía 42 años y se había consagrado sacerdote en el año 1981 después de estudiar en El Salvador y Guatemala.

El joven sacerdote fue enviado por la Orden Salesiana en 1984 a Brasil donde aprendió el Portugués y posteriormente a Africa donde vivió 7 años. Al respecto, en alguna de sus cartas indicó:

"Angola es otro mundo. Como misionero, uno debe encarnarse en el pueblo porque el africano fue hecho para vivir en comunidad. Si alguien no tiene parientes, los inventa. Algo que me impactó en Angola es el cariño que tienen por el sacerdote."

El caso del Padre Fonseca se presentó ante el Vaticano para que analicen la posibilidad de declararlo mártir lo cual requiere grandes estudios de toda su vida, primero por un proceso local que ordena el Vaticano y que rinde informe a Roma.

En ese caso, el padre Marco Aurelio sería el primer martir costarricense de los tiempos modernos, es decir, un religioso que practicó las virtudes de Dios en forma heroica, dio su sangre por el evangelio y practicó el amor en forma extrema.

Si se comprueba el martirio de Fonseca, el Papa estará en posición de beatificarlo, es decir, se le podrá rendir culto público y si por su intersección algún día ocurre un milagro (que deberá comprobarse) podría ser declarado Santo.

Compartir