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La beatificación de estos diez hermanos nos recuerda que la santidad se puede alcanzar en la vida cotidiana. Santa Cruz del Quiché, abril 2021. – La Iglesia en Guatemala y en Centroamérica cuenta con diez nuevos beatos. El pasado 23 de abril, en horas de la mañana, se celebró la ceremonia de beatificación de diez de los tantos mártires que la Iglesia, en el noroccidente de Guatemala, ha dado.

Se trata de tres sacerdotes españoles de la Congregación de los Misioneros del Sagrado Corazón: el padre José María Gran, el padre Faustino Villanueva y el padre Juan Alonso, y de siete laicos catequistas: Domingo del Barrio, Tomás Ramírez, Nicolás Castro, Reyes Us, Rosalío Benito, Miguel Tiu y el niño de doce años Juan Barrera.

La Eucaristía fue presidida por Monseñor Francisco Montecillo Padilla, nuncio apostólico en Guatemala. También participaron gran cantidad de obispos, sacerdotes y diáconos. Se leyó la carta en que la que el papa Francisco autorizaba la beatificación de estos mártires, fijando la fecha para su conmemoración cada año el 4 de junio.

La imagen oficial fue develada, mientras las reliquias ingresaban en procesión. Una de estas reliquias iba acompañada por dos Hermanas de la Resurrección, miembros de nuestra Familia Salesiana. Gran cantidad de gestos y detalles propios de la cultura indígena acompañaron esta celebración.

Estos diez nuevos beatos sufrieron el martirio durante el Conflicto Armado Interno en Guatemala, que duró entre 1960 y 1996, en el que la Iglesia fue perseguida por mantener su postura de apoyo y atención a la población pobre del país.

La Familia Salesiana tiene varios motivos para alegrarse junto a la Diócesis de Quiché por esta beatificación. En primer lugar, celebramos la santidad juvenil que sigue siendo tan actual en nuestra sociedad, al reconocer en el beato Juan Barrera un ejemplo de vida para nuestros niños, adolescentes y jóvenes de entrega total a Cristo.

Juan Barrera supo transmitir la alegría del evangelio entre los demás niños y jóvenes, por medio de la catequesis y el buen ejemplo. Organizó a sus compañeros para reunirse todas las noches a rezar para que el ambiente de violencia que se vivía en su comunidad terminara. A este niño de doce años, a semejanza de san José Sánchez del Río en México, le hicieron cortes en las plantas de los pies obligándolo a caminar sobre las piedras que estaban en la orilla del río. Luego de esto, sufrió otro tipo de torturas crueles, siendo asesinado finalmente.

Son tres los nuevos beatos quienes vivieron y trabajaron arduamente en esta región. El beato padre Juan Alonso visitó incansablemente cada comunidad para celebrar los sacramentos y predicar la Palabra. El beato Reyes Us dio la vida por ayudar a mantener viva la fe de sus vecinos y por promover centros de salud para su gente. El beato Nicolás Castro también se desempeñó como catequista dentro de su comunidad, además de ser delegado como ministro extraordinario de la comunión.

Que su ejemplo sea un estímulo para seguir con fidelidad a Cristo y sus enseñanzas.

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