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El mismo Centro Don Bosco aporta la mano de obra con sus estudiantes que están haciendo aquí sus prácticas de albañilería, electricidad. Carchá, marzo 2020.- Los salesianos misioneros en Carchá viajaron a Campur (50 kms.) para recibir un informe directo del progreso de la remodelación de la presencia salesiana en ese lugar.

La comitiva fue recibida por el p. Antonio De Groot, manager de la impresionante obra en marcha. El ingeniero jefe, albañiles y treinta jóvenes estudiantes del Centro Don Bosco de Carchá son el equipo de trabajo que están acometiendo este demandante proyecto.

Todos ellos acompañaron a los misioneros ambiente por ambiente explicando lo actuado y lo proyectado.

Lo primero ha sido una labor de limpieza profunda: corte de maleza y tala de árboles viejos, cercado del terreno más desmantelamiento de ambientes edilicios deteriorados.

La casa de los salesianos está adquiriendo una nueva funcionalidad: oficina del párroco, cuartos ampliados, área de lavandería, etc.

Dos empeñativos pasos están en espera inmediata: el levantamiento del techo de la iglesia, la sustitución de las bancas por sillas; y la reconstrucción del amplio salón de reuniones. Añadiendo a todo esto un sistema de almacenamiento de agua llovida.

A futuro no tan lejano se piensa en alquilar o comprar un terreno cercano que tiene un ojo de agua. Y como sueño prometedor: la construcción de un Centro Don Bosco cercano a la iglesia.

Todo este complejo proyecto exige fuerte cantidad de dinero. Es el baile de los millones. Las casas de la inspectoría están aportando valiosos recursos monetarios. Las aldeas – cerca de un centenar – están demostrando una generosidad impresionante desde su pobreza. El mismo Centro Don Bosco aporta la mano de obra con sus estudiantes que están haciendo aquí sus prácticas de albañilería, electricidad, etc. Y de sus escasos recursos hace generosas contribuciones económicas.

Paralelo a este enorme esfuerzo edilicio, se está dinamizando la pastoral qeqchí con una reorganización y animación de los numerosos líderes y comités locales.

Alma, mente y corazón de este empuje transformador es el p. Antonio De Groot. Con inteligencia, experiencia y visión está impulsando tanto lo concerniente a la obra física como la relativo a la pastoral qeqchí.

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