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P. René Torres SDB. QDDG. Estimados Hermanos, después de una larga y angustiante agonía, el día de hoy, hacia el medio día, nuestro querido Hermano, el P. René Torres fue llamado por nuestro Padre celestial a participar de la Pascua eterna.

 

En los primeros días de agosto, cuando los médicos nos dijeron que se había descubierto un tumor en el pulmón derecho del Padre, toda la inspectoría, los grupos de la Familia Salesiana y muchos amigos del Padre nos unimos en oración pidiendo a Dios el don de la salud para nuestro Hermano.

Nuestra preocupación creció cuando el 28 de agosto, al finalizar unos exámenes en un hospital de San Salvador, el Padre sufrió un crisis muy severa que obligó a los médicos a entubarlo y sedarlo para poder tratarlo con todos los cuidados que demandaba su situación. Pero conforme pasaron los días las noticias eran poco alentadoras hasta que hoy al medio día se suspendieron sus signos vitales dejando este mundo para ir al regazo eterno de Dios.

Ante este hecho quiero expresarles a todos y cada uno mi sincera gratitud por su constante y ferviente oración por nuestro Hermano, quiero agradecer a los médicos y al personal del hospital por el cariño y todas las atenciones que brindaron a nuestro Hermano. Agradezco igualmente a la Comunidad Educativa del Colegio Salesiano San José, por las muestras de cariño y el acompañamiento que han brindado al Padre René y a los Hermanos de la Comunidad.

De manera muy sentida quiero agradecer a mi Hermano, el P. Rómulo Gallegos, Director de la Comunidad, por su cercanía, su constante preocupación y sus múltiples atenciones al P. René desde que esto inició. Debo reconocer que ha sido un bello testimonio de fraternidad y paternidad que a todos nos inspira. Que Dios le bendiga por ello.

Finalmente agradezco al P. René Torres por su cariño fraterno y cordal, pues siempre supo ser Hermano de todos y desde su sencillez tendió la mano para atendernos cada vez que fue necesario. También le agradezco por todo el bien que se empeñó en hacer a favor de los jóvenes que Dios fue poniendo en su camino, le agradezco su vida sencilla, su trabajo de cada día, y su entrega generosa a la misión.

Queridos Hermanos, el P. René Torres ya se ha marchado. Que Dios lo acoja en el cielo y lo haga partícipe de la gloria de los santos en el jardín salesiano. Pero nosotros seguimos en el camino y este hecho que vivimos como Inspectoría nos recuerda que lo que realmente cuenta en la vida es este momento. Una vez más hagamos llegar nuestra plegaria al cielo con aquellas palabras que rezamos todos los días al concluir nuestra meditación: “Concédenos, María Auxiliadora, que nuestro servicio al Señor sea fiel y generoso hasta la muerte, para que podamos llegar a la alegría de la comunión plena en la casa del Padre. Así sea."

Con afecto cordial,
P. Ángel Prado Mendoza
Inspector.

 

 


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