Vuelve la bandera ucraniana a Jersón  (ANSA) / Fotografía: Vatican News. En Ucrania, las fuerzas de Kiev continúan su avance en la zona de Jersón, de donde el ejército ruso se retiró hace unos días, dejando atrás campos de minas y destrucción. En el plano diplomático, el presidente estadounidense, Biden, apuesta por nuevos contactos con China para frenar la guerra que dura ya casi nueve meses

La guerra en Ucrania se ha convertido en una trágica partida de ajedrez, entre continuos avances y retrocesos de los dos ejércitos. El ejército de Kiev ha reconquistado 12 pueblos en la zona de Jersón después de que Rusia anunciara su retirada de la región. Pero los pasos de Kiev avanzan lentamente y con extrema precaución. En su retirada a través del río Dniéper, los soldados de Moscú han volado puentes, infraestructuras y carreteras, y sobre todo están minando toda la zona de Jersón.

El presidente ucraniano Zelenski también teme que las fuerzas rusas puedan hacer saltar la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka, inundando el territorio y vaciando la central nuclear de Zaporiyia. Esto, según el jefe de Estado, sería una declaración de guerra al mundo entero.

Esperanzas de paz en el próximo G20 de Bali
Mientras tanto, se acerca el G20 de Bali y el jefe de la Casa Blanca, Biden, dice que confía en que su reunión con el líder chino Xi Jinping al margen de la cumbre "será productiva". Mientras tanto, Corea del Sur aclara la cuestión de las armas compradas por Estados Unidos y destinadas a abastecer la industria bélica de Ucrania. Seúl, por su parte, niega cualquier acuerdo al respecto, reafirmando su compromiso de no suministrar armas a Kiev. El "Wall Street Journal" había publicado que Washington planeaba comprar 100.000 proyectiles de artillería a Corea del Sur con el objetivo de enviarlos a Ucrania.

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