Bombardeos en Mariupol / Fotografía: Vatican News Un rayo de esperanza parece haberse abierto ayer en Turquía durante la reunión en Estambul entre las delegaciones ucraniana y rusa. Pero los enfrentamientos continúan sobre el terreno

"Las señales que llegan de las negociaciones de ayer pueden considerarse positivas": esto es lo que dijo el presidente ucraniano Zelensky al final de la cumbre entre Kiev y Moscú en Turquía.

El Kremlin dijo que no está en contra de la entrada de Ucrania en la Unión Europea. Mientras tanto, por ahora, no se ha producido ningún avance en el alto el fuego, aunque Moscú parece haber cambiado su estrategia militar: las actividades bélicas cerca de Kiev y Chernígov se han interrumpido. Sin embargo, tanto Rusia como Ucrania han dejado claro que la desescalada no significa un alto el fuego.

Continúan los enfrentamientos sobre el terreno: al parecer, se bombardearon edificios residenciales en la región de Luhanks, los misiles alcanzaron un edificio administrativo al este de Odessa, al menos siete personas murieron y 22 resultaron heridas, y un periodista ucraniano fue detenido en Zaporiyia.

En el plano diplomático, se espera que las reuniones continúen con el establecimiento de un sistema de seguridad garantizado por varios países y con negociaciones separadas sobre el estatus de Crimea y Donbás, los principales objetivos del Kremlin. Por último, ayer el presidente francés Macron mantuvo una conversación telefónica con el presidente ruso Putin sobre la evacuación de civiles de Mariúpol.

Negociaciones en Turquía: una oportunidad para la paz
Incluso en estas conversaciones de Estambul, sobre las que se proyectan las esperanzas de paz de la comunidad internacional, el punto de partida es lejano: a Ucrania le interesa la intangibilidad de la capital, Kiev, por razones estratégicas concretas, pero también simbólicas; Rusia parece apuntar a Mariúpol, en el Mar Negro, y luego a Odesa, para conquistar toda la franja costera. Este es el análisis de Fulvio Scaglione, experto en asuntos internacionales.

Sobre el aumento del gasto militar, que han anunciado varios países europeos, Scaglione expresa una gran perplejidad. "Se trata de países que ya forman parte de la OTAN, que ya cuenta con un aparato militar eficaz -afirma Scaglione-, por lo que la idea de comprar las armas de cada Estado individualmente parece absurda. Detener la guerra y la muerte de civiles o derrotar a Rusia: según Scaglione, se confunden estos dos objetivos, mientras que el primero es el que debe centrar realmente los compromisos de la comunidad internacional.

La retirada de las tropas rusas debe ser una condición previa a cualquier acuerdo, porque de hecho esta guerra, tras un mes de bombardeos y víctimas, no ha cambiado nada. Parece -concluye- que estamos en la misma situación que el día anterior al estallido del conflicto.

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