Salesianos Centroamérica evangelizando las redes sociales. Centroamérica, marzo 2020.- Nadie es ajeno a la crisis mundial que el brote del COVID-19 ha ocasionado en todo el mundo.


La principal medida sanitaria recomendada por los gobiernos: distanciamiento social. Poco a poco nuestras casas de puertas abiertas fueron quedando desoladas. Patios, aulas, templos, oratorios fueron inundados de silencio y soledad.


Nuestro campo principal de acción, nuestros destinatarios, nuestra razón de ser: confinados en sus hogares.


Esta vez nuestros mensajes desde las comunidades educativas no eran: “vengan”, “celebremos juntos”, “únanse a la fiesta”, “te esperamos con los brazos abiertos”.
Hoy les decimos: “Te extrañamos, pero quédate en casa”, “no salgas y lávate las manos”, “pronto estaremos juntos otra vez”.


Pero los salesianos debemos estar donde están nuestros jóvenes y adentrarnos en su mundo digital. Más por necesidad que por agrado empezamos a salir a las redes.


Algunos se lanzaron tímidamente con mensajes cortos de ánimo y bendición. Otras comunidades más atrevidas invitaron a sus fieles a unirse a sus celebraciones “privadas”. Algunos un poco escépticos, otros temerosos del efecto de la tecnología en la transmisión de la fe.


Las comunidades más organizadas, al ver que los espectadores agradecían la celebración de las eucaristías fueron agregando momentos de oración a la transmisión diaria: vísperas, viacrucis, rosarios, o los clásicos mensajes de “buenos días” o “buenas noches”.


Es de agradecer a esos genios de las redes sociales que quizás nunca se imaginaron que, en el año 2020, sus canales digitales se utilizarían para transmitir el evangelio y llevar esperanza a nuestros destinatarios.

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