"Stop a la trata" ANS Roma, agosto 2017.- Hoy más que nunca el tema de los inmigrantes se impone al centro de la atención mediática, y nos invita a una reflexión seria y profunda. Para muchos jóvenes de África subsahariana, partir significa el medio para buscar una vida mejor, huyendo del destino de miseria y de pobreza y a menudo, la guerra y la persecución.

Pero el viaje se presenta muchas veces terrible: terminan en manos de criminales, se sufre malos tratos y son torturados como animales. Se les da poca agua y poca comida, y a menudo son asesinados para vender sus órganos. La trata de seres humanos es un verdadero negocio de horror.

“Missioni Don Bosco” junto a la ONG del Voluntariado Internacional para el Desarrollo (VIS) ha querido acoger la apelación del Papa Francisco, para que la comunidad internacional supere la indiferencia global frente a las masacres cuyas víctimas son los migrantes.

Con la campaña “Stop a la Trata” se desea comenzar en los países de África subsahariana, con un programa extenso de sensibilización y formación. Para aquellla persona que decida partir y viajar fuera de su país, debe conocer y debe ser consciente de los riesgos graves que enfrenta. Quien decida permanecer tendrá oportunidades reales para ser mejor y para lograr su desarrollo.

Desde el año 2008, alrededor del 75% de los jóvenes que llegan a las costas italianas son menores no acompañados o menores separados de sus familias. Estos pertenecen a unas 80 nacionalidades diferentes, pero la mayoría proviene de Egipto, Gambia, Guinea, Senegal, Túnez y Pakistán.

El Papa Francisco recordó con motivo de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado: migrantes menores de edad son tres veces impotentes: porque son menores de edad, porque son extranjeros y porque por diversas razones, se ven obligados a vivir lejos de su tierra de origen y separados del afecto familiar.

Paola Schinelli, cooperante del VIS en Senegal, narra la realidad de los jóvenes que deciden abandonar sus países para conseguir el sueño de Europa: “Hablamos de la migración y la imagen que se imprime en nuestras cabezas es la de pequeños grupos de hombres, la mayoría de ellos adultos, listo para enfrentar todo con tal de llegar a Europa y encontrar una oportunidad para ellos y sus familias permanecen en sus países. La realidad es diferente: en su mayoría son niños, menores de edad que viajan solos, porque ellos son la esperanza para el futuro, un futuro brillante para África. Para las familias, sobre todo para las madres y los padres, que han renunciado a ver a sus hijos hacerse hombres y convertirse en personas que buscan dinero, para que vivan mejor las hermanas y los hermanos menores”.

Mayor información en el sitio Web “Missioni Don Bosco”.

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