Ciudad del Vaticano, 1 de enero, 2011. A principios de octubre Benedicto XVI visitó Palermo, la capital de Sicilia, en el Sur de Italia. Allí se reunió con sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas de Palermo. Les dijo que ellos son las “piedras vivas” que sostienen la Iglesia.

En octubre, el presidente francés Nicolas Sarkozy visitó a Benedicto XVI para limar asperezas tras la condena del Vaticano de la decisión de expulsar gitanos de Francia.

Fue una visita cordial durante la que el presidente francés se detuvo a rezar ante la tumba de San Pedro.

El regalo más emocionante que recibió el Papa este año llegó en octubre. Fue una bandera enviada por los 33 mineros atrapados en Chile, con la firma de cada uno de ellos.

Los mineros estuvieron 69 días atrapados a casi 700 metros bajo tierra en la ciudad de San José. El Papa envió un rosario a cada uno de ellos y rezó públicamente durante las tareas de rescate.

En octubre comenzó el sínodo de obispos de Oriente Medio. Participaron 255 personas y durante 14 días se reunieron con el Papa en el Vaticano para analizar la situación y los problemas de los cristianos de la zona.

Los obispos del sínodo propusieron una “laicidad positiva”, que significa separar la religión y la política para limar tensiones y contrarrestar los episodios de violencia antirreligiosa.

Durante el sínodo el Papa canonizó seis nuevos santos. Se trata de Mary Mackillop, la primera santa australiana, un santo canadiense, el Hermano Andrè, el polaco Stanislaw Soltys, la española Cándida María de Jesús y las italianas Giulia Salzano y Battista Camilla de Varano.

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