verdad y justicia El periodismo como la literatura necesitan del don de la palabra, y a través de ella manifestar la belleza y transmitir toda noticia que sirva para el progreso y crecimiento de los pueblos tanto a nivel intelectual como espiritual. Ambos oficios reclaman una particular vocación que se antepone a cualquier interés.



Cada 24 de enero, la Iglesia católica hace memoria de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas y escritores. La devoción y la defensa de la verdad son algunas de las características que hicieron de este santo un modelo perfecto para ellos, cuyo norte debe ser siempre la difusión de la verdad y la edificación de la humanidad.

Francisco, nació en Saboya (Francia) en 1567. Estudió en París y luego en Padua. Al regresar a su país fue nombrado abogado del Senado de Chambéry. Luego dio un cambio a su vida, al escoger el camino del sacerdocio. Su apostolado fue muy efectivo, por el gran amor con que actuaba y por servirse de la prensa.

Fue un escritor distinguido por decir la verdad con elegancia y sin herir a nadie, por escribir y hablar con tanta delicadeza que nadie se sentía molesto; un escritor y orador que no buscada el morbo sino la transmisión de la simple y llana verdad del Evangelio.

Quien comunica debe ser alguien comprometido con la humanidad, no debe ser ajeno al sufrimiento del prójimo sino alguien que desde su posición acompaña y aporta a quién lo necesita, ve lo que no está a la vista. Esta vocación es un servicio a la comunidad más allá de las pantallas, los editoriales, la tinta, el papel, la red social; es ser voz de los sin voz, un transmisor de la verdad, un referente para sus hermanos más allá de las ideologías.

Servir a la verdad implica sacrificios ciertamente y muchas veces costosos, pero teniendo la certeza de que con transparencia y honestidad se ejecuta la labor, no habrá mayor recompensa que un salario mal pagado pueda compensar.

San Juan Bosco quiso tener como protector de su congregación a este gran santo, del cual heredamos su nombre: salesianos. Comunicadores, periodistas: a ejemplo de San Francisco de Sales, seamos portadores de la verdad comprometidos con la auténtica convicción que nos dará una plena felicidad a la cual todos estamos llamados.

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