oscarblancoEl 6 de marzo de 1958 fui invitado, con mis compañeros de escuela, a celebrar la fiesta de santo Domingo Savio. Se celebró  en una pequeña capilla dedicada a San Juan Bosco, en Palmitos de Naranjo, Costa Rica. El Padre Bernardino Molina nos presentó la figura del pequeño santo canonizado por Pio XII en 1954 y nos invitó a escuchar un programa de radio llamado “Don Bosco sonríe”. Fue en ese programa donde empecé a conocer a Don Bosco, su obra y amor por los jóvenes. 

 

Formo parte de una numerosa familia. Me he sentido siempre acompañado por ellos en el camino hacia la vida religiosa y sacerdotal. Don Bosco decía: “El mejor regalo que Dios puede hacer a una familia es un hijo sacerdote”. Agradezco a Dios el don de mi vocación salesiana y el llamado a la vida sacerdotal. 

PR1Con la certeza de lo acuñado por don Bosco, en cuanto a que el mejor regalo que Dios puede hacer a una familia es un hijo sacerdote, hace cinco décadas don Salvador Estrada y doña Lina Lemus asistieron a la ordenación de su hijo Hugo, quien entregó su vida al Señor en el seno de la Congregación Salesiana. 

Hugo Estrada Lemus es el sacerdote guatemalteco  que ha hecho más uso de los medios de comunicación social para evangelizar. Sus mensajes vigentes y penetrantes cada día  incrementan el número de lectores de su colección religioso-literaria.

En el más de medio centenar de obras publicadas, el padre Hugo comparte su dominio sobre los géneros literarios  y su aplicación a los géneros periodísticos, tanto en los de  tipo informativo, cuando nos deleita con sus reportajes, donde analiza caracteres y reproduce ambientes presentándolos de forma amena y atractiva; como cuando aborda géneros híbridos, en donde valora e interpreta los hechos actuales o actualizados, narrando y juzgando lo narrado de manera simultanea.

PR2Lo conocí en enero de 1953. Yo entraba, jovencito, a estudiar Filosofía; él cursaba el último año de Teología. Descollaba entre los demás, porque medía casi dos metros, cosa poco común en aquellos años.

Había nacido en el corazón de Turín, la ciudad de Don Bosco. Había estudiado la secundaria en Ivrea, donde aún estaba fresco el recuerdo de Don Felipe Rinaldi, tercer sucesor de Don Bosco, y donde se respiraba un intenso clima misionero. No es pues de extrañar que Antonio Gariglio, ya joven salesiano, pidiera a sus superiores ir a las “misiones”. Le tocó en suerte ser enviado a Centroamérica. Teníamos entonces nuestra Casa de formación en San Salvador en el célebre “Instituto Internacional Don Rua”. Asistí yo a su ordenación sacerdotal en noviembre de 1953, hace exactamente 60 años.

El P. Antonio Gariglio vivió sus primicias sacerdotales, durante cuatro años, en el viejo “Técnico Don Bosco” en Costa Rica, y otros dos años en Ayagualo (El Salvador) con los jóvenes aspirantes. En 1960 volvió al “Don Rua” como “catequista” y profesor de los estudiantes salesianos de Filosofía; les enseñaba Matemáticas y Física. Y, prácticamente, nunca más se separó de ellos. El P. Gariglio formó parte del pequeño equipo fundador del nuevo “Filosofado Salesiano” en Guatemala.

Perfil-2Nací en el seno de una familia católica. En la primaria me hice amigo de un niño protestante, quien me invitó a su iglesia. Desde los 12 a los 27 años perseveré en la iglesia protestante. 

A los 28 años contraje matrimonio con mi esposa, de familia  católica. Al poco tiempo  se presentaron los  desacuerdos. Afortunadamente tuve la vivencia de un cursillo de cristiandad, que me hizo conciencia de mi raíz cristiana católica, involucrándome de inmediato a la catequesis escolar. Mi párroco en ese tiempo fue el padre  Heriberto Herrera, a quien le debo el haber conocido el carisma salesiano y la pedagogía de Don Bosco.

La experiencia salesiana como cooperador le dio un giro de 180 grados a mi  actividad docente.  Nació en mí un interés grande por los niños y jóvenes.  En ese tiempo era catedrático en un instituto militar, donde se aplicaba la pedagogía de la represión y el castigo. Sustituí el reporte militar  por el dialogo y la orientación para llegar al corazón del alumno. Aplicar la pedagogía del amor era ir contracorriente.

pcoalovaComo si fuera poca cosa, el P. Emilio Coalova lleva acumulados sesenta años de sacerdocio, setenta de profesión salesiana y ochenta y siete de edad. Casi un record Guinnes.

Discreto, amable, sereno, irradia paz y bondad. Conjuga pulcritud y sencillez en su estilo de vestir. Incapaz de un gesto de impaciencia. Contagia serenidad a quienes tienen la suerte de encontrarlo. Jamás una queja o un comentario desfavorable. Silencioso, las más de las veces, pero no introvertido. Como si viviera en otra dimensión, en un mundo al alcance de los puros de corazón.

pcatedralEste año 2012 es de gran significación para la vida del presbítero José Mauricio Catedral Lara, sacerdote salesiano de Don Bosco. El próximo 17 de noviembre celebrará sus bodas de diamante sacerdotales, sus 60 años de fidelidad a sus promesas sacerdotales, el 12 de diciembre sus 70 años de profesión religiosa en las filas de Don Bosco y el 22 de diciembres sus 90 años de feliz existencia.

Tres acontecimientos que nos hacen glorificar a Dios Trinidad. En primer lugar, al Padre, el don de su vida, a Jesucristo su vida sacerdotal, pues se hizo sacerdote para siempre como él, y al Espíritu Santo su consagración al Señor.

El P. Catedral nació en Zacatecoluca, El Salvador, el 22 de diciembre de 1922 en un sencillo y cristiano hogar formado por Pablo Catedral y Narcisa Lara. Es el segundo de tres hermanos.

nordenapanchitoGuatemala, 24 de mayo de 2012.- El 24 de mayo del 2012 quedará grabado en los corazones de la promoción 63 del Colegio Don Bosco.

La fiesta tenía una particularidad especial. Dentro de la celebración se realizaría la ordenación sacerdotal del diácono Francisco Javier Rodríguez Arévalo, llamado cariñosamente por los muchachos como Panchito.

Presidió la celebración monseñor Oscar Julio Vian Morales, salesiano, arzobispo metropolitano de Guatemala. Los cantos, la liturgia y la participación fueron conmovedores.