Escucha autenticaDejar hablar al otro y no ser impacientes por tomar la palabra.

No interrumpir la conversación.

No reaccionar impulsivamente ante cualquier discrepancia.

Mantener la atención de la persona a quien escuchamos

Estar dispuesto a escucharEl primer servicio que se debe al prójimo es el de escucharle. Como el amor de Dios comienza con la escucha de su Palabra, así el comienzo del amor al hermano está en aprender a escucharle. Y es por amor que Dios no sólo nos da su Palabra, sino que también tiende su oreja. Del mismo modo es obra de Dios si somos capaces de escuchar al hermano.

Quince años. Situación familiar complicada. Papá ausente. Me invitan a un encuentro de jóvenes: allí cambió mi vida. Encuentro a Dios, pero el vacío de la ausencia de mi padre continúa vivo.

Ese valioso tiempo perdidoEn diferentes situaciones familiares, de estudio o de vida espiritual tuve la necesidad de buscar personas que me ayudaran a iluminar y tomar una decisión. En los salesianos encontré apoyo, ayuda, consejos y palabras que promovieron mi superación y el acercarme a Dios, a mi familia y el animarme a ayudar a otros jóvenes.

Ellos mismos van tomando concienciaEl Señor despierta fascinación en muchísimos jóvenes y tal atracción tiene mucho que ver con la fe y con la llamada que Dios hace a cada uno de sus hijos e hijas a vivir la vida como vocación a la alegría del amor.
Esta fe lleva a los jóvenes a sentirse cautivados por el modo de ver, de acoger, de relacionarse, y de vivir de Jesús, y les ensancha la vida. Por eso, la fe no es un refugio para gente pusilánime.

Reconocer interpretar y elegirReconocer,
a la luz de lo que inspira el Espíritu:

Para tener más claridad en los momentos de altibajos, en los momentos de verdadera lucha interior.
Para hacer emerger toda la riqueza emotiva que hay en la persona, y poner nombre a lo que se siente o encuentra en uno mismo.
Para descubrir lo que se experimenta al sentirse en consonancia o disonancia entre lo que se siente y vive y lo que de más profundo hay en uno mismo.

Nos sentimos en familiaMi camino en la sociedad salesiana ha sido largo. He conocido profesores excepcionales con gran espíritu de familia, cuyas lecciones no se limitaban a un aula de clases sino que se empeñaban en prepararnos para los retos de la vida.

Teatro para sacar lo mejor de ellosEl director del colegio, al nuevo profesor: A partir del lunes empezará a trabajar con nosotros. Le será asignado un grupo bastante difícil. Este año han tenido tres profesores, que han renunciado después de una o dos semanas. Ojalá que a usted le vaya mejor.

He pedido consejosHe tenido la bendición de recibir acompañamiento de salesianos consagrados y de salesianos cooperadores. Muchas veces he pedido consejos para tomar alguna decisión en diferentes aspectos de mi vida: espirituales, académicos, sentimentales, etc. Ellos me han ayudado a discernir, han sido luz y guía en mi camino. Soy afortunada y bendecida al tener personas que me acompañan en la vida. Son guías y amigos. Gracias a su acompañamiento pude encontrar mi verdadera vocación.

Me propuso ser monaguilloDesde mi nacimiento no conocí a mi padre. Me apoyaba en mi madre, aunque no siempre la sentía presente. A los diez años me convertí en una rebelde, mortificaba a mi madre, me junte con vagos de la calle, buscaba pleitos y hasta salía a robar con ellos. Tiempo después me dieron una estocada, vi la preocupación de mi madre y no quería que por mi culpa le llegará a pasar algo. Decidí salirme de ese mundo.

Hace diez años llegué al Instituto Técnico Don Bosco como profesora de religión. De inmediato propuse integrar en la pastoral del colegio las buenas prácticas pastorales experimentadas en mi trabajo con las Hijas de María Auxiliadora.

Jovenes que piden ayuda para seguir creciendo

Las obras de nuestra Familia Salesiana están llenas de miles y miles de jóvenes buenos, abiertos a la vida, con el deseo de formarse, de aprender, jóvenes en búsqueda. Muchos de ellos, con un gran corazón generoso, que desean servir a los demás, hacer algo por los otros, ayudar, donarse.