Bryan Mancia Me enteré de la carrera de mecánico de mantenimiento industrial cuando el equipo del Centro de Formación Profesional CFP llegó a la institución donde estudiaba el bachillerato.



Ellos nos presentaron su oferta formativa. Me gustó la carrera de mecánico de mantenimiento industrial, pues ya estaba cursando mi bachillerato en mecánica automotriz. Me gustó su exposición y los beneficios que se obtienen al estudiar con ellos: quedar vinculado a una empresa y recibir un sueldo, algo que sería de gran ayuda, dada mi difícil situación económica.

Ingresar al CFP fue una buena experiencia. Una vez me acerqué a pedir información y me atendió la licda. Lorena Flores, coordinadora del Centro, quien me explicó amablemente todo lo relacionado con la oferta formativa. Ella logró despertar en mí el interés y me inscribí para participar en el proceso de selección.

Entre los muchos apoyos recibidos del CFP debo mencionar los alimentos (víveres), refrigerios, almuerzos, dinero para pasajes y, sobre todo, consejos y cariño. El equipo del CFP tiene una enorme empatía con los jóvenes. Es hermoso convivir con personas dispuestas a ayudar con todo su corazón. Es algo que no había experimentado en otro centro de formación.

El proceso de vinculación a una empresa fue emocionante. Estaba nervioso porque era la primera vez que me enfrentaba a un proceso de búsqueda de empleo. Pronto me di cuenta de que era un trabajo normal: compañeros, asignaciones, presión laboral, horarios, etc. Aprendí muchas cosas nuevas que me fortalecieron técnicamente.

La experiencia formativa fue larga. Aprendí nuevas áreas como mecánica, soldadura, medición, dibujo técnico, neumática, hidráulica, temas de los que no sabía nada. Me llenó de satisfacción el darme cuenta de que podía hacer lo que quisiera, que tenía las habilidades y que solo debía esforzarme para conseguirlo. Fue un proceso largo y duro por mi situación de vida, pero logré finalizarlo.

Me siento feliz y contento porque, a pesar de las circunstancias tan duras que he vivido, logré superarlas, gracias a los consejos de los instructores y del equipo del CFP. Había llegado a un lugar donde pensaba que solo iba a recibir formación técnica. El Centro, en cambio, se convirtió en una casa para mí, porque me dieron ayuda, confianza, cariño. Considero que es un muy buen lugar para aprender. El equipo del CFP es un equipo grande, trabajador, solidario, empático.

El Centro de Formación Profesional CFP del Ricaldone no solo nos enseñaba cosas técnicas, sino también valores para la vida y para el trabajo, cosas que ahora las pongo en práctica en mi trabajo, en mi vida y en mi entorno familiar. Recomiendo a las personas sin empleo o que solo han estudiado básico o bachillerato: inscribanse en los programas del CFP del Ricaldone con apoyo de Insaforp. La formación que allí se recibe sirve en todos los campos de la vida, del trabajo y de la propia persona.

Son cosas que uno no espera. Durante la carrera uno se da cuenta de lo que es capaz. Me abrió la mente y llegar a ser una mejor persona, una persona empática.
Bryan Mancía, Egresado de la carrera de mecánico de mantenimiento industrial, 2020

Este artículo está en:

Boletín Salesiano Don Bosco en Centroamérica
Edición 257 Mayo Junio 2022

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