IMG 40621024px BS: Después de su visita, ¿cuál es su impresión de las obras salesianas de Centroamérica?
RM: Ha sido una visita de catorce días muy hermosa, muy intensa, muy viva, y me llevo estas impresiones: Una inspectoría muy llena de vida, con una realidad muy esperanzadora. He invitado a mis hermanos salesianos y al consejo inspectorial a seguir siendo soñadores, a seguir siendo valientes, a no detenernos solo en conservar lo que tenemos, porque la inspectoría tiene una gran vitalidad.

Debemos responder a los gritos y llamadas de emergencia de los jóvenes de hoy, que no siempre son las mismas de hace ochenta o cien años.

Me llevo la impresión de una Familia Salesiana hermosa. El encuentro ha sido muy rico en todos los países. La FS está bien situada, sabe que tiene posibilidades de ser respuesta hoy en esta iglesia que, como dice el Papa Francisco, está en salida.

Me voy con el corazón lleno de rostros, de abrazos, de jóvenes que me han cautivado por su sencillez, su espontaneidad, su mirada limpia, su transparencia. Don Bosco está muy vivo en Centroamérica. Me voy lleno de entusiasmo y llevo en el corazón la preocupación para que aseguremos que seguirá siendo así en el futuro. No podemos conformarnos con lo que tenemos. Hemos de hacer crecer talentos hermosos que hoy son una realidad.

BS: Ahora que conoce nuestra realidad, ¿qué considera que debe ser urgente en la atención a los jóvenes de Centroamérica?
RM: Tenemos que llevar a los jóvenes al encuentro con Jesús. Son jóvenes con una apertura del corazón y con una apertura a la vida. Podemos conseguir todo de ellos. Me preocupa el que he captado, por los testimonios de algunos jóvenes, que a veces nos quedamos a mitad del camino. Nuestro servicio educativo y nuestro servicio social no podemos presentarlo nunca si no va de la mano de una fuerte propuesta de fe. Planteémonos muy en serio qué más podemos hacer para que nuestros muchachos lleguen al encuentro con Jesús. Como congregación corremos el riesgo de ofrecerles cosas hermosas, buena formación académica, inquietudes juveniles, alegría del Movimiento Juvenil Salesiano. Todo eso es fascinante. Pero, cuando yo escucho o leo que jóvenes que viven todo esto después van a llamar a otras puertas para encontrar espiritualidad, me preocupa. Esa es la gran urgencia que tenemos.

Tenemos que ser muy valientes y propositivos en las propuestas vocacionales para toda la realidad de nuestra Familia Salesiana, porque el terreno está realmente preparado para la siembra. Es mérito de todos ustedes y es don de Dios evidentemente. No nos quedemos a mitad del camino. Me voy con sentimiento de haberme encontrado con miles de jóvenes dispuestos a seguir creciendo y a dar más.

BS: En su visita podrá haberse dado cuenta de la realidad de nuestra región que, aunque son países pequeños, tienen mucha diversidad. En el sur hay más estabilidad, en el norte hay mucha violencia. Aunque somos una misma región y el mismo carisma, hay diferentes necesidades en cada país. ¿Cuáles deberían ser las nuevas fronteras de la presencia salesiana en Centroamérica de acuerdo a las diferentes realidades?

RM: Efectivamente son realidades diferentes. El Salvador no está exento de un trabajo continuado para erradicar la violencia. No es la violencia de los años ochenta, no es la violencia de años posteriores a la guerra. Pero es preocupante la violencia de las maras, la violencia que se pasea por la ciudad y que impone sus leyes. Es un tema que no puede estar ajeno a nosotros. Hemos de crear conciencia de educación para la paz en nuestro jóvenes. Donde sea posible, hemos de intervenir en espacios de pre-conflicto o conflicto para que, en la medida de lo posible, podamos ser alternativa.

En Honduras encontré otra realidad. Sigue siendo hermoso el hacer una apuesta por los últimos, por los más necesitados. Guardo un recuerdo hermoso de algunas obras muy marginales, muy de periferia, y me digo: Don Bosco está muy vivo aquí. Esta tiene que ser una apuesta muy fuerte. Me permito pedirle a la Familia Salesiana y a mis hermanos salesianos que, si es necesario, seamos valientes para que obras que ya tienen un sólido recorrido y que pueden caminar por si mismas sin meter otras energías, puedan hacerlo. Si algunos hermanos muy valiosos tienen que estar en las nuevas fronteras, no seamos tímidos en esto.

He captado un poquito la realidad de Nicaragua. Creo que es hermosa la realidad salesiana. Debemos seguir cuidando esas hermosas presencias de Managua, Granada y Masaya. Hemos de ayudar a crecer en ciudadanía, en una mirada libre y responsable, desde ser honestos ciudadanos y buenos cristianos.

Para Panamá y Costa Rica, con la singularidad de cada obra, yo les diría que sigamos haciendo apuesta preferencial por los más necesitados, entre ellos los últimos. La urna de Don Bosco en Panamá no es una circunstancia, no es un regalo inconsciente del Rector Mayor. Es un envío totalmente consciente, intencionado.
Les diría atrevidamente: Necesitamos de aquí a la JMJ seguir trabajando como Inspectoría y como región para hacer que Don Bosco sea el santo de los jóvenes en Panamá y que no sea solo el santo del mes de enero. Que Don Bosco sea patrono durante todo el año y que irradie una gran atracción, una finalidad y un objetivo.

Veo en Centroamérica algunos desafíos muy hermosos que son homogéneos, pero que tienen la singularidad de cada país en el marco una visión muy esperanzadora y muy hermosa.

BS: La población migrante es un tema preocupante en nuestra región ya que la inmensa mayoría de los que migran son jóvenes, ¿Cómo deben los salesianos incursionar en esta frontera, cómo ayudar a los jóvenes a que crean en su país?

Es un tema difícil porque guarda relación con la macroeconomía de un país, con la visión política, con la dimensión social. No tenemos la solución para esta realidad. Pero tenemos nuestra parte: una apuesta convencida de que la educación es el mejor servicio que podemos hacer al pueblo y a las nuevas generaciones. Tenemos que estar despiertos para responder a esta pregunta: ¿De dónde nos llegan las urgencias de hoy? ¿Cuáles son los gritos de los jóvenes de hoy? Tiene mucha actualidad lo que nos pidió el Papa Francisco: Cómo dar respuestas de emergencia a situaciones de emergencia. Ahí entran elementos como la formación profesional. Una formación ocupacional es adecuada si sirve para que unos muchachos de zonas muy pobres puedan capacitarse en pocos meses para poder empezar a sobrevivir.
Significa ver realmente qué podemos ofrecer para que sean más los jóvenes que se enganchan a esto. Una obra puede no tener una especialidad determinada pero, si existe la urgencia y se puede ofrecer formación ocupacional que ayude a que el muchacho encuentre trabajo para ayudar a su familia, deben hacerse todos los esfuerzos necesarios para lograrlo.

¿Cuáles son las urgencias que tenemos hoy? No pueden ser las mismas que dieron vida a algunas obras que nacieron hace ochenta años. No podemos contentarnos con sostener lo que grandes genios pensaron creativamente hace ochenta años. Tenemos que responder a los problemas del momento.

BS: La congregación ha asumido la importancia de la comunicación como parte importante para lograr la misión salesiana pero hay algunas resistencias. ¿Cuál debe ser el camino para concientizar cada vez mas a los SDB y FS que la comunicación es importante para la misión salesiana?
RM: La realidad de la comunicación social que me he encontrado en la inspectoría es muy buena. Los felicito por ello. Felicito por la opción inspectorial y por las personas que están. El mismo hecho de que ustedes están permanentemente animando y mostrando esta realidad en la inspectoría es un gran camino de toma de conciencia.

El hecho de que la congregación a nivel mundial ve que el Rector Mayor es sensible a la comunicación social, a estos nuevos patios, a los espacios como el Facebook, el Twitter, las grabaciones de video breves para hacerse presente, nos habla de que la comunicación clásica no es la única.
Congregacionalmente lo tenemos claro. La comunicación al servicio de la misión pastoral y al servicio de los jóvenes, especialmente los más pobres. En Centroamérica tienen clara esta opción. Existe un proyecto de comunicación social de la inspectoría. Hay que seguir dando pasos para que cada obra tenga, en cierta medida, una pequeña expresión de comunicación, alguna persona que sea referente, un encargado local de comunicación. Estas dinámicas en el tiempo cambian la realidad de una inspectoría. Creo que ustedes están en el camino justo y les felicito por ello.

 

 

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