Presentacion Nos resultan familiares las imágenes de Don Bosco con delantal de zapatero sobre la sotana enseñándo a un grupo de jovencitos el arte de hacer zapatos, oficio que él conocía desde joven.

De hecho, en su juventud Don Bosco aprendió una gran variedad de oficios para ganarse la vida y pagar sus estudios de seminarista. Esos oficios los transmitió a los jóvenes desocupados que deambulaban por Turín.

Los salesianos somos conocidos preferentemente por nuestros magníficos colegios con centenares, si no miles, de estudiantes inscritos. 

Menos conocidas son otras obras más modestas dedicadas a la enseñanza de oficios para los jóvenes de hoy que carecen de una mínima formación técnica como soporte para una vida decente.

Estas obras, menos llamativas, son sin embargo las que reflejan mejor la pasión de Don Bosco por ofrecer a los jóvenes pobres “pan, trabajo y paraíso”.

 

Desde Panamá hasta Costa Rica los salesianos hemos creado estos centros de formación profesional, que ofrecen una solución de urgencia para los jóvenes que han quedado fuera del sistema escolar y necesitan ganarse honradamente la vida.

 

Talvez hoy no urge aprender a clavar suelas de zapatos o cortar y coser un pantalón. Pero nuestro joven pobre estará agradecido si encuentra dónde formarse en carpintería, electricidad, soldadura, mecánica y otros oficios que tienen alta demanda.

 

El Boletín Salesiano comienza, a partir de ese número, a presentar estas preciosas obras educativas de bajo perfil publicitario, pero de alta importancia para miles de jóvenes que encuentran allí su tabla de supervivencia.

 

Estos centros de formación técnica están apoyados ordinariamente en los colegios de más renombre. Son para los colegios como sus hijos adoptivos. Entre ambas instituciones se da una simbiosis económica, educativa, pedagógica y espiritual.

 

Los salesianos nos sentimos satisfechos de aportar así nuestra modesta contribución a aliviar el agudo problema de la extrema pobreza con soluciones creativas nacidas de la mente de Don Bosco.

 

Heriberto Herrera

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