INVITO-A-VALDOCCO-05 rifugio En la vida de Don Bosco entra un personaje extraordinario. Habitaba aquí, en este palacio, de espléndida fachada barroca. El pobre cura de I Becchi entró muchas veces en el elegante atrio del palacio y subió la solemne escalera a dos rampas, para llegar a los suntuosos ambientes del primer piso, donde la marquesa tenía el estudio y la sala de recibo.

Aquí vivía Julia Colbert, viuda de Carlos Tancredi Falletti di Barolo. Ambos eran sumamente ricos, incluso más que la familia real, y figuras de primer plano en la nobleza de Turín. Su salón era frecuentado por los más importantes personajes de su tiempo: nobles, políticos como el ministro Cavour, diplomáticos, altos funcionarios y artistas...

Siendo muy religiosos (recientemente se ha iniciado el proceso de beatificación de ambos) y con imposibilidad de tener hijos, decidieron destinar toda su riqueza en obras sociales y caritativas. Con esta finalidad fundaron una institución, la Opera Pia Barolo, hoy todavía existente, con sede en su antigua residencia.

Desde 1832, junto a su esposo, la Marquesa fundó en su palacio una escuela gratuita y un comedor para pobres; diariamente se servían 250 platos de sopa, al que los domingos se sumaba un plato con carne y legumbres. Cada lunes, doce pobres eran invitados a almorzar en el comedor con la marquesa. Finalmente, en invierno, cada uno recibía leña suficiente para toda la semana. Además, la señora se ocupaba personalmente de los enfermos, administrando medicamentos, asistiéndolos como enfermera y visitando a los más graves en sus propias casas.

 

En este ambiente Don Bosco pudo hacerse amigo del escritor y patriota Silvio Péllico, que luego de 10 años de cárcel, actuaba como bibliotecario y secretario personal de la marquesa. El artista compuso para los muchachos del Oratorio el texto de varias canciones sagradas.

 

El Refugio
Via Cottolengo, 26

 

En 1821 la marquesa hizo construir en Valdocco el “Refugio”, un centro que acogía unas 250 jovencitas descarriadas y les ofrecía un ambiente adecuado, instrucción, preparación para el trabajo, formación religiosa y la posibilidad de insertarse honrosamente en la sociedad. Don Cafasso hizo las presentaciones entre el teólogo Borel, que dirigía el Refugio y el joven Don Bosco, para que este ayudara al primero.

 

La marquesa había dejado a disposición de Don Bosco algunas habitaciones y adaptado otra como capilla. Pronto los muchachos se adueñaron de todos los locales adoptándolos como “su” Oratorio. Un oratorio pobre, y ruidoso.

 

Mientras, Don Bosco había sido nombrado capellán del Refugio , y por lo tanto, dependía del sueldo que le pasaba la marquesa.

 

El pequeño hospital de santa Filomena

Via Cottolengo, 24

 

Los ambientes cedidos por la marquesa estaban en el sector ya concluido del pequeño hospital de Santa Filomena, en el tercer piso. Ella pensó que esas fueran las habitaciones de una comunidad sacerdotal que asistiera espiritualmente sus instituciones. El edificio está a la mitad del pasillo que lleva desde el portón de Vía Cottolengo, 22 hasta el monasterio de las Magdalenas. Una puertita, hoy tapiada pero todavía visible, servía de acceso independiente a la escalera que llevaba al tercer piso.

 

¡Un nombre que es un programa!

 

Ese era el sitio escogido por la Divina Providencia como primera iglesia del Oratorio. Comenzó a llamarse así por dos razones: 1ª, porque la marquesa Barolo quería fundar una congregación de sacerdotes bajo este nombre, y por eso había mandado pintar una imagen de ese santo que todavía está a la entrada del salón; 2ª como nuestro ministerio exigía una gran calma y mansedumbre, nos habíamos puesto bajo la protección de ese Santo, para que nos alcanzara del Señor la gracia de poder imitar su extraordinaria mansedumbre”. (MO 132-133)

 

Pero las habitaciones del Hospitalito pertenecían a las obras de la marquesa y Don Bosco debía mudarse con su Oratorio. El problema era adónde.

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