Rector-Mayor-2 Las pretendidas soluciones al problema de la violencia mediante políticas represivas han sido un fracaso rotundo. Cada vez se hace más evidente que solo un proyecto inteligente de prevención conducirá a disminuir y ojalá eliminar del todo este triste desorden social.

 

Los Salesianos y Salesianas hemos heredado de Don Bosco un estilo educativo y pastoral basado en la preventidad. Estamos convencidos de que, aunque pequeño con relación a la inmensidad de ese flagelo social, nuestra propuesta es válida porque llega al corazón de los jóvenes. 

 

La presencia educativo pastoral salesiana en los tres países del llamado Triángulo Norte es consistente. Tres sólidas congregaciones religiosas, Salesianos de Don Bosco, Hijas de María Auxiliadora e Hijas del Divino Salvador atienden numerosas y variadas obras a favor de la juventud. 

Educación formal e informal, asociacionismo juvenil, pastoral parroquial, atención oratoriana a destinatarios en condiciones de pobreza o riesgo, acción misionera en áreas indígenas: estas son algunas de las áreas que atraen a millares de niños y al universo salesiano. 

 

Multitud de colaboradores laicos se asocian a este extenso y ambicioso proyecto salesiano. De todas las edades, clases sociales y profesiones, dedican su tiempo libre en los oratorios o se empeñan en la animación de los grupos juveniles o trabajan como educadores en escuelas, colegios, universidades, parroquias y misiones. A todos les mueve una inspiración común: traducir en estos países la genialidad con que Don Bosco actuó y vivió hace casi dos siglos en Italia.

 

La oferta educativa pastoral está orientada hacia las clases populares. Es difícil cuantificar los destinatarios de esta compleja red educativa, ya que hay proyectos educativos formales e informales.

 

Aún así, los salesianos son apenas una gota en ese mar de jóvenes que se cuentan por millones, que componen la parte de la población más sensible a la violencia, ya sea como actores o como víctimas.

 

Lo providencial de la acción salesiana descansa en su estilo educativo pastoral llamado Sistema Preventivo. En base a él, se busca llegar a los jóvenes por la vía del corazón. En un clima de familia conviven millares de niños, adolescentes y jóvenes, dedicados al estudio, al trabajo, a la diversión. El respeto mutuo y el ambiente de alegría estimulan una atmósfera que los aleja de la fascinación por la violencia.

 

Inspirados en Don Bosco, padre y maestro de la juventud, está en acción el vasto movimiento de Salesianos, Hijas de María Auxiliadora, Hijas del Divino Salvador, Salesianos Cooperadores, Asociación de Devotas de María Auxiliadora, Damas Salesianas, Voluntarias con Don Bosco, Voluntarios de Don Bosco, bienhechores, animadores de la pastoral juvenil y oratoriana,  y amigos de Don Bosco.

 

Es una red de esperanza que se empeña en ayudar a los jóvenes a ser honrados ciudadanos y buenos cristianos, y por tanto, agentes de transformación positiva de estas sociedades centroamericanas afectadas por la violencia.

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