DSC 5325 En nombre del Evangelio, Dios ha entrado en conversación con la humanidad. El nuevo paradigma de la misión, es el de la Visitación. En el encuentro entre personas, se dice uno al otro: “Amo tu vida, gracias por dármela a conocer.” Es un camino de fraternidad. Seremos evangelizadores en la medida de lo que vivimos de verdad.

La nueva evangelización es una urgencia que toca a todas las regiones del mundo. No se trata de comenzar desde cero, ni de inventar estrategias, como si el Evangelio fuera un producto a colocar en el mercado de las religiones. El contexto social cultural actual pide a la Iglesia algo nuevo.

Para evangelizar al mundo, la Iglesia debe primero evangelizar a sus miembros. La pobreza y debilidad de los discípulos de Jesús, en particular de sus ministros, pesan sobre la credibilidad de su misión.

Es preciso un llamado a la conversión, sí, pero también a la confianza: es necesario vencer el miedo con la fe, el desánimo con la esperanza, la indiferencia con el amor. Este mundo está lleno de incongruencias y desafíos, herido por el mal.

Los fenómenos de la globalización, las migraciones, la secularización son también ocasiones de difusión de la fe, que se debe afrontar con humildad pero también con determinación.

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