ssanta031 Cuando está religiosidad popular brota de la fe en Jesucristo y está animada por un espíritu eclesial se convierte en verdadera piedad del pueblo de Dios, en un medio valioso y eficaz para transmitir el evangelio y reavivar la fe en los alejados.

Así entonces, para que la piedad popular en las circunstancias del tiempo presente pueda ser tenida como un verdadero medio para el anuncio, hay que considerarla, en primera medida, como objeto o escenario de la nueva evangelización, de modo que la fe que busca expresar llegue a ser madura y auténtica.

Esto se logra, en primer lugar, iluminando las prácticas de devoción para que sus intenciones coincidan, en significado y jerarquía, con las verdades de la fe y su consecuente exigencia moral.

En segundo lugar, mediante la decidida acción de los pastores quienes han de acompañar estas devociones según la verdad, aún a costa de renunciar a ciertos beneficios que el mantenimiento de algunas de ellas podría comportar.

En tercer lugar, favoreciendo la comprensión de la trabazón cristiana existente entre piedad popular y la naturaleza de la liturgia. En este último medio, el conocimiento, proclamación y meditación de la Palabra de Dios será de gran ayuda, pues por ella Dios se revela y comunica a sí mismo, y a través de ella, los bautizados pueden entablar un diálogo sincero con Él.

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