IMG 3639 Antes que un método pastoral o una reforma parcial, la evangelización es el anuncio convencido de Jesucristo como nuestra salvación. Anuncio comunicado de modo cautivador y entusiasta de tal modo que las personas se sientan tocadas en su corazón y en su vida.

 

El mensaje, más que una doctrina a aprender, está destinado a suscitar la fe, la esperanza y la caridad. Hablar de Dios, de su presencia en el mundo y en nuestra vida. Suscitar entusiasmo, pasión y alegría por Dios. 

 

La nueva evangelización es en primer lugar una escuela de oración: Señor, enséñanos a orar. La fuerza de atracción y la calidad de nuestras celebraciones litúrgicas dependen sobre todo de su capacidad de hacer experiencia de la dimensión del misterio de Dios.

 

Nuestra fuerza es la convicción de que Dios es amigo de los hombres. La nueva evangelización busca conducir a los hombres a Jesucristo, ser sus amigos. Los amigos quieren aprender a conocerse y relacionarse. “Ya no los llamo siervos, sino amigos”. Los discípulos de Jesús eran ante todo amigos.

 

Además, debemos conocer a Jesucristo con conocimiento sólido. Que seamos capaces de hablar de nuestra fe, decir en qué consiste verdaderamente nuestra fe. Es probable que el analfabetismo religioso esté más extendido de lo que sospechamos. 

 

Por tanto la predicación y la catequesis deben ofrecer una introducción sistemática, realista e integral a la fe para niños, jóvenes y adultos. La catequesis no puede quedar encomendada a personas que tienen buena voluntad, pero que no están preparadas para esta tarea.

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