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En nuestra ruta hacia el bicentenario del nacimiento de Don Bosco (2015) hemos comenzado la estimulante tarea de redescubrir su personalidad. Desde tiempo hemos estado familiarizados con su biografía. Ahora nos llaman a descubrir su pasión educativa pastoral. No por curiosidad, sino porque somos los continuadores de su misión.

El primer rasgo que define a Don Bosco es su opción radical por los jóvenes, particularmente los que estaban en seria desventaja. Para eso existimos los salesianos.

La opción salesiana por los jóvenes tiene un color distintivo: el Sistema Preventivo. Más que un color, un arcoiris.

Los salesianos atesoramos un léxico valioso que se ha transformado casi en un mantra: amorevolezza, patio, asistencia, clima de familia.

No hemos querido traducir el término “amorevolezza”, esa expresión extraña aún para quienes hablan italiano. Un equivalente cercano podría ser “cariño”. Solo quienes han respirado el clima salesiano comprenden de qué se trata. Es la vía al corazón, que suscita confianza, indispensable en la tarea educativa.

El patio es el habitat del salesiano. Descender de las alturas de la formalidad para mezclarse sin máscaras ni poses en la “vida real” de los jóvenes: sus bromas, juegos, intereses, su lenguaje poco “diplomático”. Es en el patio donde se ejerce la mayor influencia educativa: un educador amigo.

La asistencia salesiana no tiene sabor policial. Es el hermano mayor que ayuda con bondad a enderezar las intemperancias típicas de los jóvenes. Es el salesiano que contagia de vida a sus muchachos con propuestas estimulantes.

La resultante de todo lo anterior es el clima de familia. Por algo Don Bosco prefería llamar “casa” a sus obras educativas. Una aparente y sana informalidad libera las energías de los jóvenes y los lanza a ser protagonistas de sus propias vidas y de su entorno juvenil.

En este número se ofrece extractos de la magnífica actualización del Sistema Preventivo que ha hecho el Rector Mayor, P. Pascual Chávez. Acompaña a esos textos la experiencia educativa salesiana narrada por algunos educadores que han traducido con acierto la propuesta de Don Bosco.

El Sistema Preventivo sigue siendo más vivo y actual que nunca. La sociedad puede ofrecer a los jóvenes muchos recursos fascinantes. Pero ellos sufren, como siempre, hambre de afecto. Afecto que tiene el mágico efecto de abrir el corazón.

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