Don Bosco:  verlo con ojos nuevos Ese camino está delineado en tres etapas diseñadas para descubrir a Don Bosco: sus inspiraciones, sus motivaciones, sus opciones. La invitación se dirige a repensar su figura de educador, pastor, fundador, guía y legislador.

Para ello es preciso superar una visión ingenua nacida de una literatura edificante centrada en anécdotas que inflamaban una devoción al santo con acento milagrero o entusiasmos epidérmicos.

Esta nueva visión de Don Bosco nacerá en la medida en que nos apropiemos de las contribuciones ofrecidas por los estudios sobre Don Bosco basados en un enfoque histórico con rigor científico. Por suerte, contamos ya con buenos aportes publicados en este sentido.

Primero, hay que descubrir a Don Bosco en su tiempo: las profundas transformaciones  históricas, la mentalidad civil y eclesial, la situación apremiante de los jóvenes campesinos que buscaban sobrevivir en un  ambiente urbano hostil.

Luego, captar la opción de Don Bosco por atender a esos jóvenes mediante soluciones completas: educación, trabajo, espiritualidad, alegría de vivir.

Todo para desembocar en nuestro tiempo y hacernos la gran pregunta: ¿Cómo reaccionaría Don Bosco en las circunstancias en que nos movemos hoy? Resultará evidente que no se trata de repetir lo hecho por él, sino de ser creativos bajo la inspiración de sus más íntimas motivaciones.

El punto focal que guió a Don Bosco se concentró en los jóvenes de los ambientes populares, de las zonas más pobres o de las áreas de misión. 

Los jóvenes siguen siendo numerosos en nuestro tiempo. Sus carencias podrán tener rasgos nuevos. Por tanto, las soluciones deben ser creativas y motivadas por la caridad pastoral, aún cuando eso implique sufrimiento y audacia sacrificada.

Traducir el genuino Don Bosco a nuestro tiempo y circunstancia es el reto entusiasmante que promete vivificar nuestra misión salesiana.

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