Don Bosco prefiere ocuparse de la clase media y de la clase pobre porque necesitan más la ayuda y la asistencia. Para Don Bosco la apertura de nuevas obras está determinada por las exigencias de la situación. La pobreza cultural de los jóvenes provoca en Valdocco la apertura de una escuela elemental dominical, después nocturna y después diurna, sobre todo para los que no pueden acudir a la pública; después otras clases, talleres diversos y así sucesivamente hacia la compleja “casa aneja” al Oratorio de S. Francisco de Sales. 

Esta primera obra, de simple lugar de encuentro los días festivos para la catequesis y para los juegos, se convierte en lugar de formación global; para un cierto número de jóvenes sin medios de subsistencia se convierte en una casa, en un lugar de residencia. Al patio y a la iglesia, donde se desplegaba un programa con la posibilidad de los sacramentos, de instrucción religiosa elemental, de entretenimiento, de intereses, de festividades religiosas y civiles, de regalos, se han añadido otras estructuras para ofrecer el aprendizaje de un oficio, evitando acudir a fábricas de la ciudad demasiado frecuentemente inmorales y peligrosas para los jóvenes ya gravados por un pasado difícil. Y a continuación se fundaron otras casas salesianas, otros colegios-internados, otros pequeños seminarios confiados a la ya nacida Sociedad salesiana. 


Al primer oratorio parece que acuden tanto muchachos difíciles como jóvenes inmigrados y en general jóvenes sin fuertes lazos con sus respectivas parroquias. En un escalón más alto, se acoge después en el albergue a estudiantes y aprendices alejados de su “patria”, que van a la ciudad a aprender un oficio o a realizar estudios que los capaciten para un empleo. A un cierto número de jóvenes pertenecientes a esta categoría o con dificultades especiales o con alguna mayor disponibilidad económica se les abre la posibilidad de aprender el oficio en talleres organizados o de hacer los estudios en clases organizadas en colegios. 

Esta población entra normalmente en dos diferentes categorías sociales: la “clase pobre” y la “clase media”. Exigencias especiales favorecen también la institución de escuelas elementales, técnicas, de humanidades, profesionales, agrícolas, externados, pensionados, también para la clase media-alta en los que se trata de contrarrestar análogas iniciativas sociales o protestantes o de asegurar una educación integralmente católica según el sistema preventivo.

La preferencia por los más pobres la considera Don Bosco compatible con el masivo destino de escuelas y colegios a la “clase media”. No se niega a cualquier género de personas, pero prefiere ocuparse de la clase media y de la clase pobre, porque necesitan más la ayuda y la asistencia. 

De todos modos el mecanismo de las “pensiones” que pagar no consintió grandes aperturas hacia los pobres de verdad o casi pobres, fuera de limitados grupos de muchachos sostenidos por la beneficencia pública o privada. 


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