Visita del rector mayor de los salesianos, P. Pascual Chávez Villanueva  

a Honduras, Nicaragua y El Salvador
 

Comayaguela El Rector Mayor, P. Pascual Chávez, llegó a Tegucigalpa el 18 de octubre del 2011 para participar en la celebración del centenario de los Salesianos en este país.

 

A las 11.30 am aterrizó en la sección militar del aeropuerto Toncontín en un vuelo privado. Lo acompañaban su secretario el P. Juan José Bartolomé, el inspector de los Salesianos en Centro América P. Alejandro Hernández y algunos salesianos más.

 

Fue recibido en el aeropuerto por la bulliciosa presencia de los alumnos de secundaria del Instituto Salesiano San Miguel y de los estudiantes técnicos del Centro Don Bosco, adjunto al San Miguel. Un representante de la ciudad, exalumno salesiano, le entregó las llaves de la ciudad en el marco de la ceremonia oficial de bienvenida. El P. Pascual Chávez manifestó que se encontraba feliz de celebrar en tierra hondureña el centenario salesiano. Al respecto dijo: “Cien años en la vida de una persona son algo muy significativo; son pocas las personas que viven cien años; cien años en la vida de una institución son muchos.  Hoy, después de cien años, tenemos que decir que lo salesianos han echado  raíces, han dado frutos”.

 

Del aeropuerto el Rector Mayor se trasladó a la Parroquia María Auxiliadora, situada en las barriadas altas de Comayaguela. En la casa parroquial se reunió con la comunidad salesiana que anima la actividad pastoral. Además del inspector y del ecónomo inspectorial, estaban presentes también otros salesianos que habían trabajado anteriormente en esta parroquia. Un grupo de jóvenes voluntarios que prestan su apoyo animador en la parroquia completó el grupo familiar alrededor del Rector Mayor. La comida en familia fue una ocasión inolvidable para un encuentro distendido y sencillo con el representante de Don Bosco. 

 

Después del almuerzo el Rector Mayor visitó Campo Cielo, una zona de la parroquia donde se está desarrollando una obra social diversificada destinada a promover a la población pobre de la zona, que es la mayoría. 

 

A las 5.00 pm el Rector Mayor se encontró con un grupo alegre y festivo del movimiento juvenil salesiano. Este encuentro tuvo lugar en la planta baja de la original iglesia parroquial en construcción. El P. Pascual les dirigió un estimulante mensaje: “Dios nos ama a todos, pero ama particularmente a los adolescentes y jóvenes. Don Bosco estaba convencido de que, si uno encuentra un buen amigo, un buen ambiente que le ayude a madurar, una educación con educadores adultos que les den confianza en sí mismos, entonces tenemos una persona bien formada. Vean sus manos, sus pies, su corazón. Están llenos de posibilidades. Solo necesitan que las comiencen a desarrollar. Los salesianos están para ayudarlos a desarrollar sus potencialidades. Entonces podrán convertirse  en personas de bien. La grandeza de Don Bosco es que convirtió a sus niños en soñadores, personas que quisieron gastar su vida para los demás”. 

 

Además de los cantos y dinámicas de los jóvenes, algunos de estos formularon al Rector Mayor atinadas preguntas que fueron respondidas en la línea de una profundización en la espiritualidad juvenil y dinamismo apostólico.

 

Inmediatamente después, el P. Pascual subió procesionalmente para la celebración eucarística que tendría lugar en la planta superior del tempo que ya se encontraba abarrotada de fieles. A la concelebración eucarística se añadieron algunos sacerdotes de la vicaría y una larga presencia de acólitos y acólitas. La celebración se desenvolvió en un ambiente de sencilla majestad litúrgica, con la participación viva de la numerosa concurrencia de fieles, que cantaban y rezaban con visible fervor.

 

En la homilía el P. Pascual aprovechó la ocasión que le ofrecía el inmenso lienzo que decoraba el fondo del altar y que representa el conocido cuadro que Don Bosco mandó pintar en la Basílica de María Auxiliadora, en Turín, Italia, cuadro que representa a la Virgen rodeada de ángeles, patriarcas, apóstoles y evangelistas. Utilizando las imágenes allí representadas, el P. Pascual hizo una catequesis viva de María y de la iglesia, destacando el amor, que es el corazón del evangelio de san Lucas, ya que se celebraba la fiesta de ese evangelista.

 

Es de destacar que esta parroquia salesiana se distingue por su creatividad pastoral. Desde hace varios años se viene impulsando en ella una vigorosa pastoral evangelizadora y misionera, con opción prioritaria por los jóvenes. Se ha ido formando un laicado consciente, formado y entregado al servicio misionero. La comunidad parroquial es parte de una enorme franja poblacional que se asienta con increíble densidad en las partes altas de la ciudad y que en su sencillez se va abriendo con generosidad al anuncio liberador de Cristo. Allí se puede palpar con evidencia el anuncio de Jesús: los pobres son evangelizados

 

 

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