P. José Misieri, el fundador El 19 de marzo de 1912, día de San José, salieron de Santa Tecla, El Salvador, rumbo a Nicaragua tres salesianos: el sacerdote José Dini, el clérigo Jorge Müller y el coadjutor Esteban Tosini. Les acompañaba y guiaba el Padre Misieri, que había regresado rápidamente de Nicaragua a El Salvador. Fueron a caballo hasta el Puerto de La Libertad, a unos 27 kilómetros. Entonces no había carretera asfaltada al puerto. Como llegaron con retardo, ya se había ido la lancha que pasa carga y pasajeros del muelle al barco, porque este no se podía acercar mucho a tierra. De la lancha, que amablemente les prestó el comandante del puerto, fueron subidos al barco, uno por uno, poniendo el pie en un gancho atado a un mecate, como subían los costales; y eso lo lograron sólo a fuerza de protestas, porque la escalera para la gente no la quisieron bajar. Pero al fin estaban embarcados.

Al día siguiente llegaron a Corinto, y de allí a León. Durmieron en el seminario, donde residía el único obispo de Nicaragua.


Finalmente, el 22 de marzo de 1912 llegaron los cuatro a Granada. Es de imaginar el recibimiento cordialísimo que les hicieron los cooperadores y amigos de la ciudad, que tanto los habían deseado y esperado; cómo los llevaron, triunfalmente, desde la estación del ferrocarril hasta la llamada ¨Casa de los Salesianos¨ en la Calle Real de Jalteva.

Habían pasado exactamente quince años y siete meses desde aquel lejano 22 de agosto de 1896, cuando llegara a Granada el padre Ángel Piccono; y habían pasado solamente cinco meses y once días de la santa muerte de doña Elena Arellano, la primera persona que, inspirada por Dios, había pensado traer a los salesianos a su Granada. No los vio llegar aquí en la tierra, pero los contempló muy bien desde el balcón del cielo.

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