Prueba de Sonido Un grupo de cinco adultos jóvenes conforman la banda Prueba de Sonido. A ellos no solo los une el pop rock sino un profundo amor y agradecimiento a Don Bosco como ex alumnos salesianos.


Prueba de Sonido es una de las agrupaciones musicales más representativas de El Salvador y fue fundada en el patio del Colegio Santa Cecilia, en Santa Tecla, apoyados por el salesiano P. Carlos Chiu Fuentes.

La idea original fue de Guillermo Valle, a quien se unieron Alex Oviedo, Martín Núñez y Nelson Erazo, además de Ricardo Guido, Lisandro Cortés y Roberto Guzmán. Todos ellos eran integrantes de la orquesta Santa Cecilia. Al graduarse en el colegio, decidieron seguir en la música y se les ocurrió fundar la banda.

El rock en español estaba muy de moda y se fueron por esa línea. Por algún tiempo se mantuvieron ensayando en las instalaciones del colegio hasta que tuvieron que marcharse.

Con el tiempo los integrantes de la banda han cambiando y, como ley de atracción, siempre se renueva con músicos salesianos.

“Fue en los grupos juveniles donde yo exploté el tema de la música, porque no había nadie que tocara el piano. En los patios del colegio yo descubrí que podía poner en práctica el don de la música. Comencé tocando misas, además de canciones en los retiros espirituales para lo jóvenes”, recuerda Pedro Hércules, actual pianista de la banda.

“Además de la música encontramos una profunda amistad. La orquesta del Chaleco, como se conoce popularmente el colegio, nos ayudó a aprender a tocar un instrumento bajo la dirección, en ese entonces, del profesor Benjamín Mazariego. En septiembre del 1998 toqué por primera vez, para la despedida del P. Víctor Bermúdez”, añade Rubén Guerra, baterísta.

La orquesta del Colegio Santa Cecilia no era un grupo cerrado, cualquiera podía ingresar, a condición de que se comprometiera a invertir tiempo y dedicación. Esa era la dimensión formativa, muy fuerte, que garantizaba el logro de metas exigentes. La calidad de los estudios jamás debía verse afectada por el entusiasmo musical.

“El colegio me ayudó a tomar la música de manera formal, a respetar un horario y a tener disciplina”, asegura Alex. Es el sentir de los demás compañeros. Todos concuerdan en que, sin la música, su maduración personal hubiera sido menor.

¿Cómo se juntaron?
Pedro Hércules se acercó a Alex Oviedo en un concierto. Hablar en lenguaje salesiano los conectó. Se hicieron amigos y Alex lo invitó a tocar el piano en la agrupación. Después llamaron a a Rubén Guerra para la batería. Más adelante llegaron Rafael Deras y Mario Cáceres, que se estrenaron en uno de los conciertos de aniversario.

Aunque todos tienen responsabilidades como empleados, esposos, padres, hijos, siempre buscan la manera de darle tiempo de calidad a la banda. Todo está en la organización. Cada uno le da la importancia que requiere.

Más que un proyecto musical se trata de una familia, y tiene prioridad dentro de todas las actividades. “Tocar en la banda no es un hobby, lo tomamos con la responsabilidad del caso. Nuestras familias también lo toman en serio”, sostiene Mario Cáceres, saxofonista.

Por qué “Prueba de sonido”
En el primer show que hicieron como banda, fueron teloneros de la orquesta Don Bosco. Con ellos hicieron la prueba de sonido y después, ante las burlas de los amigos, la banda quedó bautizada.

“Don Bosco es uno de los mejores modelos que existe en mi vida. El Sistema Preventivo me resultaba desconocido. Entré al grupo Amigos de Don Bosco y después al programa EJE. Estas experiencias marcaron también a vida de mi familia. Ordenamos espiritualmente nuestras vidas, gracias a Don Bosco. Toda la parte musical de mi vida se formó en el colegio” Alex Oviedo. Promoción 1988, Lic. en comunicaciones, salesiano cooperador, casado, dos hijos, fundador de la orquesta del Chaleco, de Prueba de Sonido y voz de la agrupación.

“Don Bosco me ha dado la posibilidad de ser feliz. Con él encontré el motivo para estar siempre alegre: de pequeño en el fútbol, luego la orquesta, mi graduación, el grupo juvenil. Hacer de lo ordinario algo extraordinario. Don Bosco siempre ha sido una motivación. Lo que hizo y cuanto le costó me estimuló a imitarlo. Todo lo que soy y todo lo que tengo se lo debo a mi paso por este colegio que conserva el legado de Don Bosco”. Mario Cáceres, Promoción 1996, ingeniero electricista, salesiano cooperador, once años de casado, tres hijos, saxofonista en Prueba de Sonido.

Hay muchas opciones para llegar a la santidad. Pero el estilo salesiano, la forma en que Don Bosco nos presentó el Reino de Dios me ha permitido ser feliz. En este patio del colegio yo he vivido los momentos más felices de la vida. Aquí exploté la música, conocí a mis mejores amigos, aquí me casé. Don Bosco ha sido la única manera en la que he podido encontrar la felicidad en todos mis ámbitos. Gracias a Don Bosco anhelo el cielo. Pedro Hércules, promoción 2001, licenciado en comunicaciones, salesiano cooperador, casado, esperando su primer hijo. Pianista en Prueba de Sonido.


“A la obra de Don Bosco le debo lo que soy, estudié en el colegio y en la universidad salesiana. La casa salesiana fue un ambiente propicio para desarrollarme en la música. Cuando estoy en el colegio es como volver a mi casa. Yo soy producto de la obra de Don Bosco. Ojalá que se cumpla lo que el P. Alfonso Evertzs nos hacia rezar todos los días: que tengamos una buena muerte y que un día podamos encontrarnos con él en el cielo”. Rafael Deras, promoción 2002, ingeniero en ciencias de la computación, casado, una hija, bajista en Prueba de Sonido.


“A Don Bosco le debo lo que soy. Cómo veo la vida, cómo sonrío y disfruto escuchando música se debe a mi formación salesiana. Desde 1989 cuando empecé el kínder, entrar al colegio era una alegría. En los grupos juveniles descubrí mi carrera profesional, me impulsaron a estudiar inglés y allí conocí a mi esposa. La visita de la reliquia de Don Bosco fue una experiencia única. Pude encontrarme con la reliquia de quien ha forjado gran parte de la estructura de mi vida. Siempre llevo una foto de Don Bosco en mi billetera”. Rubén Guerra, promoción 2002, ingeniero industrial, salesiano cooperador, casado, baterista en Prueba de Sonido.

 

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