Perfil-2 “Mirar siempre hacia adelante. Queriendo ser, se llega a ser. Llevar la vida que corresponde a la del sacerdocio”. Esta fórmula sintética expresada por el P. Mangana como consejo para las generaciones jóvenes, podría ser también su autoretrato.

 

Sus exalumnos lo recuerdan con cariño y admiración. Hombre recio, trabajador tenaz, firme en sus exigencias de disciplina y estudio, se diría que es el prototipo del salesiano que ha vivido totalmente su vida volcada al servicio educativo.

 

Nació hace ochenta años en Junquera de Ambia, Orense, España, en una familia compuesta por siete hijos y dos hijas. A los catorce años aceptó la invitación a seguir a Don Bosco.

 

Terminado el año de noviciado en Antequera del Valle, pronunció sus votos de religioso salesiano a los veinte años de edad. Sus diez años de formación salesiana y sacerdotal los vivió sucesivamente en Antequera (España), San Salvador (El Salvador), Guatemala (Guatemala) y Salamanca (España). 

En Salamanca fue ordenado sacerdote en 1964. Desde entonces ha trabajado incansablemente en el ámbito educativo con largos periodos no consecutivos en el Instituto Técnico Don Bosco, de Panamá, y en el Colegio Santa Cecilia, de El Salvador. También trabajó por periodos más breves en varias obras salesianas de Centro América.

 

Ha descollado como director de estudios y como administrador de colegios. Apasionado por el orden, la disciplina y el deporte, su fuerte personalidad dejaba huella profunda en los jóvenes. Se ha distinguido por la educación técnica.

 

En el año 2009 sufrió un hematoma craneal que lo afectó severamente. Su tenacidad y optimismo han hecho posible una recuperación lenta.

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