Shiju James Thottupurathu

Me llamo Shiju James Thottupurathu, soy del sur de la India, del estado de Kérala, tengo 33 años. 

Yo trabajaba en Calcuta, a dos mil kilómetros de mi casa, y en Calcuta encontré mi vocación. 

De pequeño fui monaguillo, y luego quise ser sacerdote. Realicé mi deseo, aunque al principio no sabia en qué congregación, pero sabía que quería ser misionero. 

En mi parroquia natal había 70 sacerdotes, muchos trabajando fuera como misioneros, sobre todo en África. Yo quería tener esa experiencia en el extranjero, no quería ser un sacerdote tranquilo, trabajando como párroco o en un colegio. Quería ser misionero y por eso le pedí al Rector Mayor que me enviara. 

Antes de escribirle al P. Pascual Chávez hablé con mi mamá quien me dijo: “Tú querías ser sacerdote y te dije: vete; tú querías trabajar muy lejos de aquí y lo lograste; y si Dios te llama para ser misionero mucho más lejos de aquí, vete”. Esta frase me dio mucho ánimo. 

El Rector Mayor decidió enviarme a Centroamérica y estoy muy contento de pertenecer a esta inspectoría. 

Mi familia reza mucho por mí y eso me sostiene. Espero ser feliz toda mi vida con esta decisión. 

Mi primera impresión de esta tierra es que se parece a Kérala por el clima lluvioso, el café, el cardamomo, los bananos. Todo me parece muy familiar. La única diferencia es la lengua que por ahora no me permite comunicarme.

La gente me ayuda mucho, pero espero poder aprender pronto porque, si me atraso en aprender la lengua, me atrasaré en conocer a la gente. Es muy agradable estar aquí. 

 

Amo especialmente a los jóvenes. Mi primera opción son los jóvenes porque tengo una capacidad especial para comunicarme y trabajar con ellos. 

 

Soy feliz de ser misionero en esta tierra. La vida no la podemos planificar nosotros, la vida está en manos de Dios y, si oímos esa voz interna de Dios, podemos dar lo mejor de nosotros a los demás. 

 

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