donrua Fundada la Congregación Salesiana en 1859 y tras una rápida y asombrosa expansión, la tarea de Don Bosco se centró en la consolidación de la obra naciente y en su proyección hacia el futuro. Se trataba, sobre todo, de asegurar la identidad carismática del proyecto que Dios le había confiado.

Había que pensar más allá. ¿Cómo asegurar el proyecto apostólico del fundador cuando este ya no estuviere entre los suyos? Los últimos años antes de la muerte de Don Bosco, la cuestión de su sucesión al frente de la Congregación Salesiana no estaba todavía resuelta.

Ciertamente, la figura de Don Rua, junto a Don Bosco desde niño y su principal colaborador en todas sus empresas, destacaba por encima de los demás. Su conocimiento de la realidad, su cercanía a Don Bosco, su gran talla espiritual y sus dotes de organización y su experiencia al frente de las delicadas misiones que le habían sido encomendadas le hacían ser un candidato óptimo para suceder al fundador.

Cuenta Don Ceria en La vida de Don Rua, que en una ocasión en 1879, al retorno de América, el propio Don Bosco preguntó al cardenal Cagliero sobre esta cuestión. Le habló de tres nombres que a él le parecían posibles y eventuales sucesores. La respuesta de Juan Cagliero no se hizo esperar:
“Quizás más tarde; pero actualmente no hay más que uno: Don Rua”
Don Bosco lo miró, asintiendo como queriendo decir: tienes razón, y añadió:

“¡No tenemos más que un Don Rua! El ha sido siempre el brazo derecho de Don Bosco”
Pero Cagliero insistió:

“No solamente el brazo derecho, sino también la cabeza, el ojo, el espíritu y el corazón”

Tenía razón el cardenal. Don Rua era una personalidad excepcional. Aprendió todo de Don Bosco y se esforzó por vivir fielmente todo cuanto compartió con él en los primeros tiempos del oratorio en Valdocco y en el nacimiento de la Congregación.

Testigo privilegiado de la primera historia salesiana, se convertirá él mismo en historia viviente llevando adelante la Congregación en el cambio de siglo y lanzándola decididamente hacia el futuro en clara fidelidad dinámica con respecto a los orígenes.


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