ph174La disciplina entra más por los ojos que por los oídos.

No se hace con sermones. Los padres no deben olvidar nunca que ellos son modelo y espejo exactamente para lo mismo que piden y para el mismo comportamiento que exigen a los hijos.

 

Brota del amor claramente percibido

Puede exigir mucho solo quien da mucho. Todo el aprendizaje, aun el de los limites y las estructuras, empieza con la primera caricia, de la que el niño aprende la confianza, el calor, la intimidad y el afecto hacia los que lo rodean. El noventa por ciento de la enseñanza a los niños para que interioricen los límites se basa precisamente en su deseo de agradar a las personas de su entorno. Los niños desean complacer: porque quieren a los que se ocupan de ellos y desean su aprobación y su respeto. Si se considera la disciplina como una enseñanza y se transmite con mucho afecto, atención y capacidad de entrega, los niños se sienten bien cuando la cumplen. Saberse la luz de los ojos de otro es una sensación que nutre e infunde calor.

educar-como-DB-2-bscamEl mayor miedo que tienen los padres antes de tener un hijo es que, después, lo tienen de verdad. Y un hijo no es un muñeco, ni un pequeño robot, y mucho menos un juguete… Cuando un niño se enoja, no se puede apretar un botón para tranquilizarlo y hacerlo cambiar.

La salmodia de los padres que se sienten “devorados” por sus hijos llega a todos los espacios de la vida: “mi hija tiene dos años, me sigue por todas partes y no para nunca de preguntarme cosas”; “todos los días se rebela; estamos siempre en conflicto. Cuando no puedo más, la encierro en su habitación. Es una lucha continua, extenuante.” “Llora por nada. Tengo los nervios hechos pedazos”; “crea problemas por cualquier cosa, siempre dice que no a todo, es violenta, llora, grita, se tira al piso; nunca consigo que haga las cosas con tranquilidad”; “Van tres años que no puedo dormir una noche entera”; “MI hija anda detrás de mi todo el día: no me deja un segundo; está siempre pegada a mí. Me chupa la sangre desde que nació”.

 

Es cierto; muchos padres tiene la sensación de que los hijos los “devoran”, y se nutren de manera exagerada de su tiempo, de sus atenciones, de su dinero, y hasta de su propia vida. Permitir que esta sensación llegue a ser algo permanente en las relaciones cotidianas puede hacer que la vida sea muy pesada, y puede crear un efecto “túnel” muy pernicioso. Los padres pueden sentirse “usados” y, entonces, no disfrutar el tiempo que pasan con sus hijos, alejando o haciendo muy difícil la posibilidad de regalarles gestos de amor y ternura.

E1Días de afecto y confidencias… Días de corazones
abiertos con simplicidad y candor… Días necesarios
en la vida de cada familia. Pero la confianza de los hijos es una de las cosas más difíciles de conquistar.

Una de las frases más conmovedoras de Don Bosco está en la carta escrita desde Roma el 10 de mayo de 1884: “¿Saben qué espera de ustedes este pobre viejo que ha consumido por sus queridos jóvenes toda su vida? Simplemente que, guardando las debidas proporciones, vuelvan los días felices del Oratorio primitivo. Los días del afecto y de la confidencia cristiana entre los jóvenes y los superiores; los días del espíritu de condescendencia y la tolerancia por amor a Jesucristo; los días de los corazones abiertos con total simplicidad y candor; los días de la caridad y de la verdadera alegría para todos.”

E1Días de afecto y confidencias… Días de corazones
abiertos con simplicidad y candor… Días necesarios
en la vida de cada familia. Pero la confianza de los hijos es una de las cosas más difíciles de conquistar.

Una de las frases más conmovedoras de Don Bosco está en la carta escrita desde Roma el 10 de mayo de 1884: “¿Saben qué espera de ustedes este pobre viejo que ha consumido por sus queridos jóvenes toda su vida? Simplemente que, guardando las debidas proporciones, vuelvan los días felices del Oratorio primitivo. Los días del afecto y de la confidencia cristiana entre los jóvenes y los superiores; los días del espíritu de condescendencia y la tolerancia por amor a Jesucristo; los días de los corazones abiertos con total simplicidad y candor; los días de la caridad y de la verdadera alegría para todos.”

educar-como-DOn-Bosco-1Los golpes diarios acaban por hacer sufrir o herir. La lista es larga;
la educación de los hijos, la política, el modo de gestionar el presupuesto, la actitud ante los abuelos, irritación, manías, tics, vestimentas,
malhumores…

Palabras que hieren, pronunciadas sin control. Tensiones sobre el mantenimiento de la casa, discusiones en el carro, reproches al marido demasiado absorbido por su trabajo: “¡No escuchas nunca lo que te digo”!. Diversidad de caracteres, insatisfacción antes la mediocridad del otro. Amor manifestado de modo insuficiente, silencios. Discusiones diversas, para probarse a si mismos, demostrar el amor, defender el propio espacio, expresar las propias desilusiones. Pequeñas disputas debidas al cansancio, al nerviosismo, etc. Es difícil olvidar. Pero es posible aprender el raro arte del perdón.

ED1Tu idilio con tu hijo terminó. El sismo adolescente derribó las serenas certezas de la infancia (los comunes afectos, los valores cultivados y la fe sembrada y aceptada con naturalidad) que parecen perdidas para siempre…

Hacia los quince años, con su carga de libertad y autonomía, empieza a mirar todo con ojos críticos. Sus heredadas convicciones y prácticas religiosas, puestas bajo la lupa de las dudas, contradicciones y exageraciones que dominan su espíritu, se transforman. “¿Por qué me bautizaron, si yo no podía dar mi opinión? ¿Qué diferencia existe entre creer en la resurrección y creer en la reencarnación? Todas las religiones valen lo mismo: lo importante es el amor. Una cosa es creer; otra muy diferente es aceptar ‘esa’ iglesia. ¿Para qué ir a misa si está llena de gente que habla muy bien pero no aplica lo que dice?... El infierno; eso es un invento para meternos miedo”. Aunque sientas la gravedad del momento, no dejes de apreciar la belleza del momento. Sobre tu perseverancia, que es como la firmeza de la roca del Evangelio, se edifica la nueva casa que resistirá todos los ataques.

Educar-como-Don-Bosco-1La importancia de la vida sana.

En general, existe una relación muy fuerte entre vida sana, vitalidad personal, alta estima de sí mismo, optimismo y energía. El hecho de sentirse bien y de estar a gusto consigo mismo puede ayudar a los hijos a superar muchas dificultades. Los padres tienen que saber que es muy importante ayudar a sus hijos a desarrollar una idea sana de sí mismos, que no dependa de la influencia de sus compañeros ni del deseo de ser populares; y a tratar sus cuerpos con cariño y respeto, independientemente de lo que hagan los demás.

Para que los hijos puedan alcanzar esta meta, los padres tienen que poner en práctica grandes direcciones.