universo digital 2 Estudiosos de las redes sociales afirman que el tiempo que un usuario se detiene en una publicación es de tan solo siete segundos.


Vamos navegando por las redes sociales con un dedo ansioso que se desliza en una marea de información y solo aquella que de verdad llama nuestra atención tiene el poder de hacernos parar y aún así solo consigue tener unos segundos de nuestra atención.

Alguien me dijo que ahora los años solo duran seis meses. Sentimos que el tiempo vuela más rápido que hace veinte años. Pero ¿seremos nosotros los que no nos detenemos?

Las redes sociales también están afectando nuestra forma de administrar el tiempo. La red más popular para el 2018 seguirá siendo Snap Chat con 10 mil millones de visualizaciones de videos diaria. Su contenido, que desaparece en 24 horas, es el gancho perfecto para los millenials y la generación z. El hecho de que el contenido dure unas horas crea más ansiedad por entrar y ver.

Las empresas se han dado cuenta de que la rapidez en las respuestas a las preguntas de sus consumidores es vital por lo que para este año han apostado por los asistentes virtuales para ofrecer un servicio más rápido y mejorado. Los llamados Bots ofrecen atención 24/7 y una conversación casi humana en los chats de servicio.

En cuanto a contenido, ya no basta la foto y la información sino el video, las transmisiones en vivo y la radios online que llegan más cerca y más rápido al usuario. Tanta información, tan rápida y de todas partes nos está llevando como una marejada a través de los días, y las horas se pasan volando.

En este sentido no es extraño observar sociedades estresadas, maltratos en el tráfico, ansiedad. Queremos todo ahora, rápido. Yo misma me he sorprendido ansiosa cuando una página no carga bien o el internet se pone lento. Estamos olvidando la valiosa cualidad de esperar. Cajeros automáticos rápidos, comida rápida, estudios y títulos al alcance de un click con pocas horas de estudio, sin esfuerzo, sin tiempo.

En medio de este remolino de información deberíamos procurar tiempos de paz, de calma y sosiego. Tiempo para sentarnos a respirar, ver el atardecer, escuchar música tranquila y dejar simplemente que el tiempo pase. Tiempo para darnos cuenta de que lo bueno cuesta, hay que esperar.

Hacer la fila con paciencia, ser bondadoso en el camino sin esperar que, como reyes, todo se nos realice al segundo exacto de nuestro deseo. Estamos olvidando cómo se vive en el offline. Es momento de parar.

 

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