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La anemia espiritual es propia de quien no le halla gusto a lo religioso. A lo mejor la persona es practicante de alguna religión pero a nivel epidérmico, de costumbre. Fotografía: Cathopic - Francisco OrtegaHay hambres y hambres. Esas imágenes impactantes de gente enflaquecida en países miserables hurgando en busca de algo con que calmar su hambre. Y el contraste chocante de fiestas descomunales de gente superrica. Algo anda mal, muy mal en este mundo tan injustamente desigual.

El ser humano se siente, así, lanzado al reconocimiento del Don de quien todo procede; se siente abrazado por un misterio trascendente de gracia.(Basado en el pensamiento de Gonzalo Tejerina)
La vida humana es algo que se te ha dado. Ha sido un acto de donación gratuita, habiendo renunciado el donante, abiertamente, a controlarte.

escudo laserAviso de Spoiler para Lightyear, la película

El reciente largometraje animado de Disney, Lightyear, nos propone una normalización de las parejas lesbianas que lo hace ver tan natural en una secuencia de escenas. De hecho, esas escenas son totalmente innecesarias para la trama de la película. Es notable que fueron colocadas para cumplir una cuota y congraciarse al colectivo LGTBIQ+.

Quitando dicha secuencia, la película está bien lograda y el guión es ameno como nos tiene acostumbrados el equipo creativo de PIXAR. Incluso la columna vertebral de la trama puede brindarnos valores a rescatar.

Buzz es responsable de cuidar y llevar a su destino a muchas personas, científicos y técnicos que están en modo inanimado, lo cual es loable pues cada persona es valiosa por sí misma.
Sin embargo, las cosas salen mal, no por culpa de Buzz, y quedan atrapados en un planeta.

Nuestro guardián espacial debe cumplir con su misión a toda costa y para ello rompe todas las reglas hasta convertirlo en una obsesión. Hay algo que Buzz no concibe y su gente lo aceptó por años: las contingencias creadas por los propios errores humanos no nos impiden continuar con el curso de la vida. Comprendieron que si bien su destino estaba en otro planeta, se adaptaron a las circunstancias y aprendieron a defenderse de los ataques de las criaturas extraterrestres nocivas que te atrapan y dañan. Me viene a la mente la cantidad de migrantes que luchan por mantener sus valores familiares en el  país que les toque vivir.

Finalmente, Buzz logra verse a sí mismo en su versión futura, cegada por la obsesión, lo cual termina siendo la peor versión de sí mismo.

De la misma manera, Disney nos quiere alejar de nuestros valores esenciales que se nutren en la familia. Pretende que los chicos comiencen a ver normal que la procreación puede realizarse con la tecnología o la maternidad subrogada, eliminando una de sus funciones principales.

Al igual que el villano Zurg y su ejército de robots, el lobby LGTBIQ+ apalancado y financiado por muchas fundaciones y organizaciones internacionales desea a toda costa cumplir sus objetivos y para ello necesita mucho poder y muchos adeptos que actúen al unísono, como un ejército de activistas repitiendo el mismo guión en contra de una humanidad que lucha por mantener sus valores.

Disney, Netflix y otros medios se parecen cada vez más a esa enorme nave que nos quiere llevar a la fuerza a un futuro nefasto y para ello necesitamos serles útiles como fieles suscriptores autómatas.

La obstinación por una visión particular y la batalla por llevar a la sociedad por dicho rumbo nos mantiene enfrentados. En esa tensión nos encontramos, olvidando la esencia de nuestra existencia, la finalidad de nuestra sexualidad, de quienes somos, por qué y para qué vivimos.

La tarea que nos toca como padres de familia es valorar el planeta que nos ha tocado, el país, la ciudad y el barrio de residencia. Más que lamentarnos de errores pasados es mejor aceptar nuestra imperfección humana, trabajar en equipo aun con nuestras falencias y seguir mejorando en el camino; pero sobre todo, construir junto a nuestros hijos un “escudo láser” para que nos protejan de las ideologías nocivas y ahora obligatorias e impuestas, que nos ofrecen un futuro totalmente infausto.

Ese escudo debe estar dotado de la verdad, la ciencia, la razón y la caridad para defender sin separarnos.

 

La familia es la primera comunidad humana.En la familia el hombre nace y crece. La entrega recíproca del hombre y de la mujer unidos en matrimonio, crea un ambiente de vida en el cual el niño puede desarrollar sus potencialidades, hacerse consciente de su dignidad y prepararse a afrontar su destino.

Aún los aspectos que no tienen nada de sentimental, ya que son objetivos y científicos, deben validarse pasando por lo sentimental: ‘me siento americano’, ‘me siento mujer’. Los gustos han sustituido a los valores.Ya hice alusión, en un artículo precedente, al reciente libro: ‘Nadie nace en un cuerpo equivocado’ (Barcelona 2022). Repito: sin necesidad de estar de acuerdo en todo lo que ahí se dice, creo que vale la pena resaltar lo que los autores llaman SENTIR INTENSAMENTE.

El carácter aparentemente contradictorio de la muerte. Foto por mohamed Nohassi.El carácter aparentemente contradictorio de la muerte. Por un lado, la muerte es un hecho natural, pues el hombre está sometido al ciclo biológico; pero, por otro lado, la muerte es antinatural pues la inteligencia y voluntad, al ser espirituales, no mueren junto con el cuerpo.