La ciencia y Dios... Muchos piensan que hay una tensión irreconciliable entre Dios y las Ciencias Naturales. Lo cual es completamente falso. Peter Higgs, premio Nobel de Física es ateo. Pero otro premio Nobel de Física, Williams Phillips, es cristiano. Ambos brillantes. Lo que los divide es su cosmovisión. En esto consiste el debate contemporáneo. Hay científicos en ambos lados. No se trata, pues de una guerra entre la ciencia y la religión. Entre 1900 y 2000, el 65% de premios Nobel son creyentes en Dios.

 

La tensión entre estas dos cosmovisiones se remonta a la antigüedad. Demócrito y Leucipo fueron los primeros materialistas ateos. En cambio, Sócrates, Platón y Aristóteles creían en Dios o en los dioses, es decir en la trascendencia. Hay algo más allá de la materia.

Afirma John Lennox: “Como matemático sé que una demostración parte de un axioma y lleva a una conclusión utilizando la lógica. En ese sentido, no podemos demostrar si Dios existe o no existe. Pero hay signos de credibilidad, indicadores que no son argumentos débiles. Por ejemplo, no se puede demostrar matemáticamente la existencia del amor, pero una fidelidad matrimonial de 50 años es un indicio cierto de que el amor existe’.

La historia moderna apareció en Europa en los siglos 16 y 17 con Galileo, Kepler, Newton, Pascal, Boyle, etc. Todos ellos eran cristianos. Y fueron pioneros de la actual ciencia. C. S. Lewis lo explica así: Los hombres se hicieron científicos porque esperaban encontrar leyes en la naturaleza. Y ello era así porque creían en un Dios que infundió esas leyes.

Luego, lejos de que la creencia en Dios haya impedido la investigación científica, esa creencia fue el motor que llevó a la investigación.

John Lennox añade: ‘En una ocasión me dijeron que creer en Dios es como creer en Santa Claus. No lo creo, les respondí, porque algunas de las mentes más brillantes de la Historia han dedicado sus vidas a pensar y escribir sobre lanaturaleza de Dios. Y no existe esa literatura sobre Sta. Claus’.

Para Freud Dios es una ficción: es la proyección de un deseo. Pero no. El ateísmo sí es la proyección de un deseo: el deseo de no tener que encontrarse con Dios; de no verse juzgados por el caos que hemos provocado en nuestras vidas. El deseo de nunca tener que enfrentarse a los crímenes que la humanidad ha perpetrado a lo largo de la historia. Como dijo el premio Nobel Czestaw Mistosz, contradiciendo a C. Marx: El ateísmo es el gran opio de algunos científicos.

A Stephen Hawking, tal vez el más famoso entre los últimos científicos, le preguntaron qué pensaba sobre la religión. Dijo que la religión es un cuento de hadas para las personas que tienen miedo de la oscuridad. A lo que John Lennox comentó: El ateísmo es un cuento de hadas para las personas que tienen miedo de la luz.

Isaac Newton es alguien a tener en cuenta porque descubrió la ley de la gravedad. Para él la ley de la gravedad era una muy buena razón para creer en Dios. No dijo: ‘Ya tengo una explicación científica, y por lo tanto no necesito a Dios’. Dijo más bien: ‘Qué Dios tan maravilloso que ha hecho las cosas de esta forma’. En cambio, Stephen Hawkings, estudiando la gravedad y ocupando la misma cátedra de Newton en Oxford, ha escrito el libro ‘El gran diseño’ y dice que la gravedad es la razón por la que no cree en Dios. Veamos cómo llega a ello. El argumento principal es: “Porque hay ley de la gravedad, el universo se puede crear y se crea de la nada”.
John Lennox le contesta ¿Cómo puede ser eso? ¿Porque hay algo, el universo puede crearse de la nada? Alguien tuvo que crear previamente la gravedad. Esta es una primera contradicción.
Además, ¿Cuál es la naturaleza de una ley? ¿Las leyes crean cosas?

Por último, ¿El Universo se creó a sí mismo? Si yo digo que X crea Y significa que si tienes X llegarás a tener Y. Pero no tiene sentido decir X crea X. Eso no tiene sentido, aunque lo diga un científico.
Como físico Hawking es un genio. Pero se cumple lo que dijo Einstein: ‘Fuera de su disciplina, el científico es un filósofo mediocre’. No. La ciencia no entierra a Dios. Al contrario, el simple hecho de que podamos hacer ciencia indica que Dios existe. Por eso los pioneros de la ciencia creían que el Universo es el producto de una Inteligencia personal.

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