Sagrada escritura. El P. Luís dice. Octubre 2016.- 1.- ¿CÓMO SE ORIGINÓ LA BIBLIA?

La Palabra predicada por los Apóstoles, poco a poco se fue poniendo por escrito. San Lucas, que no conoció a Jesús, nos da un ejemplo de ello: “Ya que muchos emprendieron la tarea de relatar los sucesos que nos han acontecido, tal como nos lo transmitieron los primeros testigos presenciales y servidores de la palabra, también yo he pensado, ilustre Teófilo, escribirte todo por orden y exactamente, comenzando desde el principio; así comprenderás con certeza las enseñanzas que has recibido” (Lc 1,1-4). Sabemos que Lucas, en su Evangelio, escribió lo que aprendió de Pablo. Y Marcos, que tampoco conoció a Jesús, escribió en su Evangelio lo que aprendió de Pedro. Los otros dos evangelistas (Mateo y Juan), escribieron lo que ellos personalmente vieron y oyeron de Jesús.
De manera semejante surgieron los demás libros del Nuevo Testamento. Y, antes de Cristo, en medio del pueblo judío, se escribieron los libros del Antiguo Testamento, también de manera semejante.
Así pues, la Biblia no apareció de repente, desde el principio, ya terminada, sino que se fue escribiendo poco a poco a lo largo del tiempo (Desde antes del año 1000 aC hasta el año 100 después de Cristo).
2.- ¿QUIÉN ESTABLECIÓ LA LISTA DE LIBROS DE LA BIBLIA?
El mismo Jesús admitió como sagrados los libros del AT, y los citó como Palabra de Dios. Y la Tradición proveniente de los Apóstoles da a conocer a la Iglesia el 'canon' o listado oficial de los 27 libros inspirados que pasaron a formar el Nuevo Testamento. Se usaron dos criterios para discernir qué libros entrarían en el NT y cuáles no: a) Se escogieron aquellos libros que habían sido escritos por los mismos Apóstoles o por discípulos inmediatos de los Apóstoles; b) y cuyo contenido no se apartaba en nada de lo transmitido por la Tradición oral de la Iglesia. Eran libros que ya se venían leyendo en las diversas iglesias locales, durante la celebración eucarística.
3.- AUTORES DE LA BIBLIA
Existe un autor humano, que ha escrito los textos y, al mismo tiempo, Dios como verdadero autor de la Escritura, pues es quien la ha inspirado. Los textos de la Biblia tienen, pues dos autores. “Toda la Escritura, es inspirada por Dios, y útil para enseñar, reprender, corregir, instruir en la justicia; para que el hombre de Dios esté en forma, equipado para toda obra buena” (2 Tm 3,16-17).
4.- INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA
El lugar de la interpretación AUTÉNTICA de la Biblia es la comunidad eclesial: «Ninguna predicción de la Escritura está a merced de interpretaciones personales; porque ninguna predicción antigua aconteció por designio humano; hombres como eran, hablaron de parte de Dios» (2 P 1,20-21). A la asamblea de los Obispos (Concilio), le corresponde interpretar auténticamente la Palabra de Dios, oral y escrita. Para ello goza de la asistencia especial del Espíritu Santo.
Es necesario ir más allá de la pura interpretación de la Biblia al pie de la letra. Por eso, cada fragmento, debe ser puesto en su contexto histórico, y debe ponerse en relación con la Escritura en su totalidad.
Algunas páginas de la Biblia resultan difíciles, por la violencia y las inmoralidades que a veces contienen. Para comprender estas páginas, se ha de tener presente que la pedagogía de Dios se va realizando lentamente por etapas. Dios eligió a los judíos cuando todavía eran un pueblo primitivo y lo va educando pacientemente. La predicación de los Profetas ya denunció todo tipo de injusticia y violencia y, de este modo, es el instrumento de la educación de Dios a su pueblo. La lectura de estas páginas problemáticas exige tener una adecuada formación que enseñe a leer los textos en su contexto histórico. Y deben ser interpretadas a la luz del mandamiento nuevo de Jesucristo sobre el amor.
Algunas iglesias no católicas, promueven interpretaciones de la Biblia al pie de la letra. Recordemos que la Palabra de Dios ha sido formulada en un lenguaje condicionado por épocas y culturas muy antiguas. La adecuada interpretación debe distinguir entre lenguaje y mensaje. El mensaje es lo importante. El lenguaje puede ser popular y simbólico.
La Biblia no es un libro científico, sino religioso: Hay que buscar en él verdades salvadoras. Para describir el Universo, los autores del Génesis se sirvieron de sus propios conocimientos y se expresaron en un lenguaje que pudieran entender sus contemporáneos. También la mamá utiliza un lenguaje infantil, para que su pequeño pueda entender lo que realmente importa: su mensaje o enseñanza.
Todo lo que los autores inspirados afirman, es afirmado por el Espíritu Santo. Los libros de la Escritura enseñan con fidelidad y sin error, la verdad que Dios quiso revelar para nuestra salvación. En cambio, la Biblia no enseña otras materias como Física, Astronomía, etc.

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