tm10 ver Algunos encuentran una contradicción en la Iglesia Católica ya que por un lado dice no discriminar a las personas inclinadas hacia el mismo sexo y por otro lado no admite matrimonio entre ellas. Veamos:

Por una parte, las personas homosexuales “deben ser acogidas con respeto, comprensión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta” (Catecismo 2357).

Por otra parte, respecto a los matrimonios homosexuales: “Hay que afirmar claramente el carácter inmoral de este tipo de uniones” (Congregación de la Fe, 31 de julio de 2003).

Pero no existe tal contradicción. Una cosa es el respeto hacia las personas, y otra aprobar su comportamiento.

Toda persona humana es digna de respeto debido a su alta dignidad. Dignidad que se origina en el hecho de haber sido creada a imagen y semejanza de Dios. Además, todos hemos sido redimidos por Jesucristo y estamos llamados a la felicidad eterna con Dios después de la resurrección de los muertos. Al cristiano no sólo se exige que respete, sino también que ame.

Pero yo puedo estar en desacuerdo con lo que piensan o hacen las personas a quienes respeto y amo. Faltaba más.

Algunos quieren confundirnos cuando afirman: “Yo apoyo la diversidad, porque NO discrimino, ¿y tú?”

Esta frase la dicen quienes consideran que para no discriminar, deben admitir el matrimonio gay. Piensan que quienes se oponen al matrimonio gay, son homófobos.

Cayeron en la trampa del lenguaje, porque eso no es cierto: ni discriminamos, ni somos homófobos, pero nos oponemos a los ‘matrimonios’ homosexuales.

Hay que distinguir entre personas con atracción hacia el mismo sexo por un lado, y el lobby gay por otro. Estos últimos se atribuyen falsamente la representación oficial de todos los homosexuales y lesbianas. Según ellos, todos los homosexuales quieren el matrimonio gay. Lo cual no es cierto.

El lobby gay, después de haberse ganado a muchos Medios, y a la mayoría de políticos de las naciones occidentales, está discriminando y hostigando a las personas que no piensan como ellos. Están discriminando incluso a todas las personas con tendencia hacia el mismo sexo, pero que no apoyan su matrimonio. Discriminan a toda persona homosexual que no profese una ideología de izquierdas.

Algunos ejemplos de homosexuales opuestos al matrimonio gay: Richard Waghorne, periodista irlandés afirma: «Soy gay y me opongo a las bodas gay porque la razón del matrimonio no es el romanticismo».

Es conocida también la postura de Dolce y Gabbana, los famosos modistos gais italianos, que han recibido represalias de parte del lobby por afirmar lo siguiente: “No hemos inventado nosotros la familia… Y no es cuestión de religión o estado social, no hay vuelta de hoja. Los hijos deben tener un padre y una madre. Basta de hijos de la química… úteros en alquiler, semen elegido de un catálogo. ¿Cómo explicas luego a esos niños quién es la madre? Procrear debe ser un acto de amor. Hoy ni siquiera los psiquiatras están listos para afrontar los efectos de estos experimentos”. Dijo Dolce: “Soy gay, no puedo tener un hijo. Creo que no se puede tener todo en la vida… La vida tiene un recorrido natural, hay cosas que no se deben modificar. Una de ellas es la familia.”

El joven gay Xavier Bongibault, ha liderado una reciente manifestación en París: Doscientas mil personas contra el matrimonio homosexual que el Presidente Hollande pretende aprobar. Pueden conocerlo viendo el siguiente video:

https://www.youtube.com/watch?v=Mn6PIILhLks&;feature=share

En las últimas semanas Bongibault ha multiplicado su presencia en los medios de comunicación, rompiendo la uniformidad del discurso del lobby gay. En una entrevista afirmó: "Creemos que un niño necesita un padre y una madre para evolucionar correctamente". A finales de septiembre de 2014 declaró a Le Figaro: "Estamos secuestrados por una minoría de activistas sectarios que obligan a callar a la gran mayoría de homosexuales. Eso hace imposible pronunciarse contra el matrimonio y la adopción sin temor a ser tratado de reaccionario o de homófobo por los militantes LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales). ¡Lo cual, en mi caso, es paradójico!". 

Por más de 100 años, grupos autodenominados progresistas han venido despreciando el matrimonio, y deseando su pronta desaparición. Ahora, de repente, buscan por todos los medios llamar ‘matrimonio’ a la unión de personas homosexuales. Parece contradictorio.

Algunos piensan que los gay quieren usufructuar el honor y el prestigio que, a pesar de todo, sigue teniendo el matrimonio. Porque matrimonio significa patria potestad, adopción, derechos sociales, derechos de viudedad, derecho de alimentos, sucesión, herencias, seguridad social, exención de impuestos, etc., según los países.

Pero recordemos que estos derechos han sido ganados a través de los siglos debido a los servicios que el matrimonio brinda a la sociedad. En particular por la capacidad de engendrar y educar como nadie, a los nuevos ciudadanos, gracias a la estabilidad de unión entre padre y madre, que le es propia.

Por eso el matrimonio necesita un Código de Familia y la protección del Estado. Por eso ha sido, es y seguirá siendo, la célula básica de la sociedad. Una Institución esencial para el bien común.

Desde luego los mismos servicios no los pueden brindar a la sociedad las parejas homoeróticas.

En nuestra sociedad moderna, nada impide a las parejas homosexuales amarse y convivir. Para ello no necesitan casarse. Y para separarse no necesitan divorciarse. No necesitan un estatuto jurídico. Y para obtener la tutela en situaciones jurídicas, ellos pueden siempre recurrir al derecho común.

Hay diferencia entre el comportamiento privado de las personas, y el mismo comportamiento consentido en un plano jurídico análogo al matrimonio.

Compartir