(Autor desconocido)
Voy a seguir creyendo, aún cuando la gente pierda la esperanza.
Voy a seguir dando amor, aunque los otros siembren odio.
Voy a seguir construyendo, aún cuando otros destruyan.
Voy a seguir hablando de paz, aún en medio de una guerra.
Voy a seguir iluminando, aún en medio de la oscuridad.
Y seguiré sembrando, aunque otros pisen la cosecha.
Y seguiré gritando, aún cuando otros callen.
Y dibujaré sonrisas en rostros con lágrimas.
Y transmitiré alivio, cuando vea dolor.
Y regalaré motivos de alegría donde sólo haya tristezas.
Invitaré a caminar al que decidió quedarse.
Y levantaré los brazos a los que se han rendido.
Pero si algún día ves que ya no sigo, no sonrío, o callo, sólo acércate y dame un abrazo o regálame una sonrisa: con eso será suficiente. Seguramente me habrá pasado que la vida me abofeteó y me sorprendió un segundo.
Pero voy a seguir, porque en medio de tanta desolación 'un Niño nos ha nacido, un Hijo se nos ha dado: lleva a hombros el Principado, y es su nombre: Maravilla de consejero, Dios fuerte, Padre perpetuo, Príncipe de la Paz'. Él es quien hace posible que aún en medio de la tormenta, por algún lado salga el sol y en medio del desierto crezca una planta.
Solo Él hace posible la esperanza. De manera que los imposibles de hoy serán posibles mañana.
Sigue, sigue y llegarás. No dudes, lo lograrás.