Lojerat e vërore. El  6 de julio comenzamos los esperados juegos de verano en nuestro centro en Gjilán. Una actividad tradicional en la inspectoría (no hay casa sin “estate ragazzi”) que aquí cumple su séptimo aniversario de haber comenzado. Y cada año son más los niños inscritos, los animadores y las ganas de vivir la experiencia.


Comentando los juegos en cifras, fue un grupo de 53 animadores que llevó a cabo la actividad con 350 niños entre 6 y 14 años, durante 4 semanas, por 3 horas diarias. 4 paseos a la piscina, uno por semana, 4 torneos deportivos por las tardes y 1 gran fiesta de clausura que permite dejar registro de una experiencia bellísima, alegre, agotadora pero gratificante.
El tema de este año fue la película “inside out”, presentando a los niños y a los mismos animadores la “novedad” de conocer y trabajar los sentimientos. El tema se trabajó a través de coreografías, momentos de formación y de silencio y, sobre todo, los juegos de cada día. La intención es aprovechar el tiempo de vacaciones en algo formativo y productivo.
Para nosotros como salesianos, estos juegos son de gran importancia pues nos sirven como ventana al pueblo, a los padres de familia, para darnos a conocer y que puedan saber quiénes somos, qué hacemos y qué proponemos. Son también puerta, porque son el modo en que encontramos a los jóvenes y en el que ellos entran a nuestra casa. Son una forma concreta de encuentro.
Debemos decir también que son un momento delicado en cuanto a nuestra misión, porque ahora más que nunca abren aún más los ojos para saber qué estamos haciendo aquí. Para algunos es el modo en que estamos infundiendo la religión. Para otros son el momento para descubrir “qué escondemos”. Pero creo que para todos, es el momento de transparencia y sorpresa, al ver qué no hay intenciones escondidas.
La satisfacción nuestra es saber que, a pesar de estar en tela de juicio, son cada vez más los niños que siguen llegando y se siguen entusiasmando con nuestra propuesta. La fidelidad a la educación y a nuestra palabra, nos han ayudado mucho a ganarnos el respeto y la aprobación en el pueblo.
Son estas experiencias de servicio gratuito, alegre y de calidad las que nos permiten presentarnos en un mundo totalmente ajeno. Nuestra misión debe caracterizarse por nuestra gratuidad y transparencia, de manera que la gente no solo escuche que la amamos, sino que lo sienta, lo viva y lo comparta.

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