BITACORA DE UN SALESIANO

confesionLos domingos por la tarde acostumbro confesar un par de horas. Visto el alba blanca, el cingulo y la estola y me encamino al confesionario. Enciendo la luz y el ventilador. Frente a mí, muy cerca, una banquita para el penitente. Está también la opción de la ventanilla lateral con cortina, pero pocos la usan. Prefieren el dialogo cara a cara.

Qeqchíes.Viví 17 años en la misión salesiana en Carchá, Guatemala. Eso queda al norte del país. Es un territorio habitado mayoritariamente por indígenas qeqchí. Me gustó. ¿Qué me gustó? No los aguaceros que me empaparon mientras caminaba a pie visitando aldeas.

 

Qué viaje...Viajar a Roma siempre despierta ilusiones. Esta vez estábamos convocados los cuarenta directores del Boletín Salesiano. El viaje procedió normal hasta que llegué a Amsterdam. Mi tiempo de conexión a Roma era una hora escasa.

Bendito Oratorio.Cada mañana de domingo van llegando al Oratorio los jóvenes jugadores de fútbol. Los más pequeños juguetean con la pelota en grupos ensayando habilidades. Los mayorcitos se sientan en plática de amigos. Finalmente llega la hora de invadir el salón. Los pequeños desparraman energía y vivacidad. Los otros, los más grandes, ostentan una seriedad prematura.

Misiones en Carchá.Acostumbro ir a la misión salesiana en Carchá, Guatemala, en ocasión de cada semana santa. Es para mí una experiencia espiritual tonificante. Es como volver a mis raíces sacerdotales, pues allí viví mis mejores años de sacerdocio.

Comunicación Social para CAZaida y yo teníamos que cumplir el mandato del P. Filiberto González, consejero general para la comunicación social. Debíamos presentar al inspector y su consejo así como a todas las comunidades de la inspectoría el Sistema Salesiano de Comunicación Social. Este es el nuevo proyecto cocinado en Roma por expertos en la materia y cribado a nivel mundial por los delegados inspectoriales.